El Prado lo ha conseguido una vez más: ha seleccionado un autor
reconocido entre los expertos, y lo ha sabido acercar al gran público a través
de una muestra de excepcional calidad, que debería entrar en el palmarés de los
grandes acontecimientos culturales del año. La antológica dedicada al veneciano
Lotto ha permitido al público español admirar al precursor del retratismo
moderno mediante una espléndida selección de obras, que aúnan excepcionalidad
técnica y compositiva y que nos obligan a incluir al autor, en el Olimpo de
autores Renacentistas. Los personajes que nos acerca Lotto a través de su ojo y
pincel, son personajes adustos, serios y, sobre todo, digno. No e de extrañar por ello, que los servicios del
autor fueran ampliamente requeridos. En un momento, el siglo XVI, en que el
individualismo, destaca sobre el grupo, en que el hombre es consciente de su
dimensión personal, Lotto es capaz de prolongar esa singularidad mediante un
retrato psicológico y sincero, trascendente, y a la vez, moderno, rompedor y diferente.
Las miradas de sus modelos, son difíciles de olvidar, parecen acercarse al
espectador, desde su magnificencia, escrutándole, devolviendo el interés del
primero; todo ello envuelto en un aura de profunda introspección, casi
melancólica, que confronta el renacer cultural de su época, con la autocontemplación
espiritual, profundamente filosófica.
sábado, 29 de septiembre de 2018
“Monet/Boudin”. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid. 26 de Junio a 30 de septiembre de 2018
Acertadísima muestra la que enfrente a dos grandes pintores del siglo
XIX: discípulo (Monet) y maestro (Boudin), en la que se refleja la influencia
que ejerció Boudin en uno de los grandes referentes mundiales de la pintura
paisajista. Relación poco conocida que sin embargo se acierta a ver como
tremendamente intensa, no sólo en cuanto al magisterio técnico, sino temático y
espiritual. Un descubrimiento mayúsculo para todos los aficionados al arte. Estructurada
en torno a temas (marinas, escenas de playa y puertos, paisajes pintorescos..)
y técnicas (pasteles, acuarelas,..) la muestra recorre la relación entre los
autores, y las influencias mutuas, y sobre todo analiza cómo, con diferentes
lenguajes formales, una misma manera de afrontar la visión de la naturaleza, la
luz y el color, permite ampliar el conocimiento de la misma. Una auténtica
delicia sensorial para el espectador menos experimentado, y una gran lección
pictórica para aquel que quiera profundizar en la trayectoria de los autores y
en sus planteamientos técnicos surgidos de la investigación mutua: los cielos a
tres cuartos, la experimentación con los diferentes materiales, los esfuerzos
para captar la atmósfera… En cualquier caso, una muestra que no puede dejar
indiferente, y siempre para bien; una exposición de altísimo nivel que
dignifica el espacio expositivo en el que se encuentra y que permite agrandar a
Boudin, no sólo por su capacidad de influencia sobre Monet, sino al conocer su
maravillosa evolución, desde un formalismo casi academicista, hasta un
preimpresionismo y, casi, avance (algo dubitativo) hacia la abstracción.
“Detrás de sus ojos”. Sarah Pinborough. Runas
Una pareja previsiblemente modélica formada por un psiquiatra y su mujer,
llegan a la ciudad. Pronto, su vida empieza a mostrar que no es otro todo lo que
reluce, y a ello contribuye la secretaria de David, quien le conoce en un bar
de copas antes de saber que será su jefe. El triángulo se cierra con la amistad
intensa y compleja que surge, en paralelo entre Louise, la secretaria, y Adele,
la mujer de David. Una situación que se hace compleja por momentos, y que poco
a poco va retrotrayéndose a un pasado no muy remoto, en el sucedieron los
hechos que condicionaran las vidas de los tres protagonistas, un pasado en el
que muertes, incendios, amores prohibidos y drogas se unen en torno a la figura
del esquivo Rob, el secreto que ronda toda la novela y que determinará el
devenir final de sus protagonistas. Típico relato de intriga psicológica con
ambientación británica (pubs, suburbios, mujeres tipo Bridget Jones,…), formalmente bien resuelto, y con una reconocible
capacidad de mantener la tensión hasta el desenlace final, completamente imprevisible
y artificioso que, con todo, no llega a estropear la novela al ser un giro
completamente postrero. Adecuada para el entretenimiento, sin más pretensión.
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