Cuento infantil ambientado en la
campiña inglesa, en el que sus protagonistas: el sapo, la rata, el tejón y el
topo, corren diferentes aventuras en su lucha contra las comadrejas. Fábula
típicamente inglesa en la que el campo ordenado, la campiña y sus habitantes,
trasunto del orden inmutable británico, se enfrenta al desorden, ejemplificado
por las comadrejas, criaturas del bosque. En efecto, en un ambiente idílico, en
el que las praderas, los arroyos y los setos reflejan el orden establecido,
todo se conjura para su permanencia. La bondad intrínseca de sus habitantes, y
su deseo de continuidad, son la garantía de permanencia y estabilidad social,
como ocurre en la sociedad británica de inicios del siglo XX. Un cuento
aleccionador, alegre y amable, que retrotrae a otras épocas, en la mejor tradición
victoriana.
lunes, 6 de enero de 2020
“El regreso del joven príncipe”. A.G. Roemmers. Planeta
El excelente gancho que supone la
obra original, “El Principito” es el principal y único aliciente de esta
pretendida secuela, a una altura muy inferior a la del original. Ofrecida como
un reencuentro entre el Príncipe y los humanos, buscando aquel todo aquello que
dejó y añora, tiene inevitables ecos de la obra original, y precisamente ahí se
encuentra su principal encanto, ya que la rememoración de la obra original
consigue contagiar de nostalgia a la actual. Sin embargo, y salvo algún pasaje que
sí parece acercarse al sentimiento inspirador de Exúpery, la obra es un fiasco.
Frente al carácter profundamente filosófico, humanista y trascendente de la
obra original, esta se presenta como una obra de clara inspiración cristiana,
rompiendo la magia atemporal y transversal de la original. Sobra Dios en la
presencia del joven Príncipe, de alguna manera, acota y acorta su mensaje.
Aquí, todo parece orientarse a la necesidad de la búsqueda de Dios, cuando en
la obra original lo que se pretendía era buscarse a sí mismo. Un pasatiempo,
interesante para cristianos devotos y convencidos, pero un engaño para los que
admirábamos la filosofía intrínseca y personalísima del cuento original.
“La piel del tambor”. Arturo Pérez-Reverte. Alfaguara
Perteneciente a la primera época
del autor como novelista, junto a “la Tabla de Flandes” o “El club Dumas”, esta
novela de intriga aúna los rasgos característicos que definen a Pérez-Reverte:
intriga, detallada documentación, excelente ambientación, potente personaje
femenino, protagonista atormentado, excelente elenco de secundarios, y un
lenguaje llano y accesible, que la convierten en un best seller. En este caso, una iglesia amenazada por la especulación
inmobiliaria, mata para defenderse. El Vaticano, enterado, manda a un agente
para informar sobre la situación. Todo tipo de intrigas surgen en torno a él, en
un paisaje, el sevillano, luminoso y exuberante, perfectamente retratado por
Pérez-Reverte: desde la tascas con sus paisanos arquetípicos, a la luz de
Sevilla, los umbríos recovecos del barrio de Santa Cruz, o el mágico efecto del
río sobre las mentes de los sevillanos de siglos pasados que veían en él un camino
hacia la libertad. Una novela entretenida, interesante, que permite una lectura
relajada, con todo lo bueno de las novelas de intriga, y sin más pretensiones
que lograr el disfrute.
“La batalla de Occidente”. Éric Vouillard. Tusquets
Para quien haya leído la
magistral “El orden del día” o “14 de Julio”, ambas del mismo autor, los
paralelismos son evidentes. En los tres casos, Vouillard utiliza una técnica
periodística, para analizar, desgranando causas, retratando protagonistas e
incrustando al lector en la acción, tres momentos clave de la historia
contemporánea. En “la batalla de Occidente” se analizan las causas que llevaron
a la locura del frente occidental de la Gran Guerra, a la batalla de trincheras
entre la Francia postimperial y la pujante y belicista Alemania del káiser
Guillermo. Causas que, como en todo caso defiende al autor, poco tenían que ver
con verdaderos agravioso necesidades; la fatuidad, la soberbia, las políticas de
alianzas, y un desprecio absoluto por el factor social – los miles de hombres
que morirían inútilmente en la guerra de trincheras – al servicio de élites
arrogantes. Aunque el objetivo de la obra es centrarse, precisamente, en el
inicio de la guerra, pronto se detecta que la fuerza narrativa decae tras un
soberbio inicio. En efecto, la obra parece quedar inconclusa, apresuradamente
finalizada, como si de un ensayo se tratara (a fin de cuentas, la propia guerra
del 14, lo fue de la Segunda Guerra Mundial), y genera una sensación de
interrupción, de falta de una necesaria continuidad. Con todo, el ejercicio de
estilo es notable. Un ritmo vertiginoso, la excepcional documentación, y la
precisión en el análisis, la convierten casi en un libro de texto, salvo por
su clara tendenciosidad francófila (aunque critique a ambos bandos) Una obra
interesante para comprender lo que ocurrió en el frente occidental que, además,
logra ser entretenida.
domingo, 5 de enero de 2020
“Aurora Roja”. Pío Baroja. Caro Raggio
decía en sus memorias que “Aurora Roja” era, posiblemente una de sus mejores
obras. Así lo es, tanto por su valor individual, como por ser el colofón de la
magnífica trilogía “la lucha por la vida”, junto a la excepcional “La busca” y
la transitoria “Mala Hierba”. A lo largo de la trilogía vemos la evolución, no
sólo de su protagonista principal, el inicialmente abúlico Manuel, sino de la
sociedad y el paisanaje español, y muy específicamente madrileño. La
lucha por la vida cuenta la historia de un joven de provincias, sin
formación, que debe adaptarse a la vida en los bajos fondos de Madrid. Sin
malicia, pero sin voluntad, se deja llevar por la infinitud de situaciones que
el rico, aunque sórdido, panorama le ofrece, esperando siempre “la buena”, la
oportunidad que le saque del arroyo. En el colofón que supone “Aurora Roja”
Manuel, algo más centrado, asienta su vida en torno a su trabajo y al afán de
su hermana, la Ignacia y su compañera Salvadora, dos ejemplos de mujeres
discretas, a la par que luchadoras y enérgicas. Mientras su hermano Juan, huido
del seminario, le acerca a la vida de los movimientos sociales emergentes, el
socialismo y el anarquismo. Un verdadero retrato de la época, con sus
tensiones, sus ansias y afanes y con un trasfondo final, la lucha por la vida
no se regala, se gana con esfuerzo y con tesón. El afán derrotista que acompaña
a Baroja, su predeterminismo social, se hace así compatible con mensaje escrito
en positivo: la bondad intrínseca, y el trabajo, garantizan la dignidad
personal, una joya que siempre brillará incluso dentro de los lodazales.
“La roca de Tanios”. Amin Maalouf. Alianza Cuatro
Esta
novela refleja lo mejor de la literatura. Una bella historia que, de la pluma
exquisita de Amin Maalouf, se convierte en lo que toda buena obra debe atesorar:
argumento, belleza literaria, ilustración, humanismo, independientemente del
tema de que trate. En este caso, Maalouf desarrolla una vieja leyenda de su
patria, Líbano, en torno a la figura del joven Tanios, un chico apresado entre
la tradición y la modernidad, entre las luchas tribales de drusos y cristianos,
sometidos todos ellos al juego de las potencias locales (otomanos y egipcios) e
internacionales (ingleses, franceses, austríacos…) Una historia que ilustra el
secular enfrentamiento entre minorías en la zona, “una tierra de leche y miel y
tierra de sangre. Ni infierno, ni paraíso. Purgatorio”. Tanios vivirá entre
unos y a otros, sin dejarse llevar por el odio ni la irracionalidad, optando siempre
por la libertad, la coherencia y el amor, frente al tribalismo de la tierra. La
exquisita sensibilidad de Maalouf, como en sus memorables “Samarcanda”, “Los
Jardines de Luz” o “León el africano”, combina historia y ficción para transmitir
los valores que caracterizan su obra: diversidad, humanismo, y bonhomía, que
siempre triunfan sobre las bajas pasiones.
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