Sin
duda se trata de una excepcional novela, que podría encuadrarse en diferentes géneros:
intriga, histórica, de tesis, metaliteraria….; además logra algo realmente difícil,
urdir una trama intensa, atrayente, sugerente, y una narración preciosista,
propia del mejor estilo del autor. Es cierto que el culteranismo que desarrolla
Muños Molina en su prosa a veces tiende a desenganchar al autor: esas, por otro
lado, precisas descripciones de ambientes, paisajes y personalidades, pero tan
sobrecargadas de metáforas y demás figuras que, en algún momento llegan a ser
casi asfixiantes. Con todo el balance es tremendamente positivo, el gusto que
deja a literatura auténtica, rica, expresiva, profunda, es innegable, y todo el
esfuerzo realizado en su lectura, sin duda, merece la pena. Posiblemente el que
no sea una prosa fácil evitó que esta obra alcanzase categoría de Best Seller, pero aúna todos los
ingredientes para serlo. En resumen, una lectura deliciosa, por el fondo y por
la forma y, desde luego, por la sensación de recompensa que supone su lectura.
martes, 12 de septiembre de 2017
“El panteón del gótico español”. VV.AA. Quálea editorial
Sugerente título de una colección
de 15 relatos que, en conjunto, no se encuentra a la altura. El problema de realizar
una recopilación de carácter antológico es que, sin duda, podemos esperar una calidad
bastante desigual entre las obras seleccionadas; si a eso le unimos un género
poco trabajado en las letras españolas, imitativo, y desarrollado fuera de ambiente
y momento, al final encontraremos una muy mediocre colección de obras. Si lo
que se pretendía es reivindicar el género en España, desde luego, no es el
mejor intento; si lo que se intentaba era mostrar su candidez, manierismo y
falta de convicción, ahí sí, la antología es perfecta. No es actividad profética
prever que los mejores relatos corresponden a los autores consagrados (Bécquer,
Galdós, Alarcón…), como tampoco lo es suponer que, aunque buenos literatos, no
es éste su género (excepción hecha del excelente Miserere). En definitiva, un libro para curiosos, del que sobra
prácticamente la mitad, y para pasar un rato sin tener nada mejor que hacer.
Quien quiera auténticos relatos de terror, finalmente tendrá que recurrir a los
canónicos, desde LeFanu a Shelley.
martes, 5 de septiembre de 2017
“A brief history of Iceland”. Gunnar Karlsson. Mal og menning
Como su título indica, se resumen
en pocas páginas la, por otro lado, breve historia de Islandia, desde la
llegada de los primeros colonos noruegos en el siglo IX, hasta la actualidad,
tras el colapso financiero producido por la quiebra de los bancos de inversión.
Con un planteamiento original a base de capítulos temáticos, no necesariamente sucesivos
en el tiempo, se abordan aspectos claves de la configuración de la sociedad y
el estado actual islandés: el idioma, el predominio del mundo rural, la llegada
del luteranismo, su vinculación con el mar. Un libro insuficiente desde el punto
de vista de la ortodoxia histórica, pero bastante útil para una visita
documentada a Islandia, que permitirá conocer el por qué de su estructura
social y rural (que no urbana), así como su necesariamente estrecha relación
con el potente medio natural que condiciona su medio de vida. La lectura de
esta obra, previa a una visita al país, se antoja necesaria para disfrutar al
máximo del mismo.
“El optimista racional”. Matt Ridley. Taurus
Corren
tiempos en los que la crítica a todo lo que pueda acercarse al “sistema” se convierte
en moda y resulta progresista hablar del postcapitalismo, el cambio climático,
el aumento de la pobreza y, en definitiva, cualquier cosa que implique un
sentimiento generalizado de culpa. Sin embargo hay autores que, lejos de la proclama
incendiaria y populista, se atreven a ir contracorriente siguiendo un método
sencillo, pero eficaz: buscar datos, leerlos, y analizarlos. Y estos autores
nos permiten saber que hay pobreza, pero menos que antes; que el clima cambia,
pero que no es un drama; que el capitalismo tiene sus fallos, pero que sigue
siendo el mejor sistema económico actual. Muchos los llaman negacionistas,
otros liberales… son optimistas (no olvidemos a Bjorn Lomborg) Como indica el
título de este ameno y documentado libro, Matt Ridely nos acerca los grandes
temas de la sociedad actual, revisados con una perspectiva histórica y con proyección
a futuro, llegando a la “peligrosa”
conclusión de que el hombre no hace las cosas tan mal, y que la sociedad basada
en el intercambio tiene a regularse, a mejorar, a eliminar las barreras y los
problemas por la vía del crecimiento, la invención, la innovación… siempre fue
así, desde los primeros cazadores y recolectores y, previsiblemente, lo seguirá
siendo. El comercio y la inteligencia colectiva permiten superar las barreras
que los pesimistas van poniendo sobre el camino evitando las soluciones que
tantos generadores de miedos suelen proponer, las regresiones, las vueltas
hacia atrás, el involucionismo aunque se vista de progresismo. Posiblemente la
continuas menciones a Adam Smith y al mercado hagan que la crítica fácil
considere este libro un manual de
peligrosos liberales involucionistas, pero una lectura atenta permitirá
hacernos sentir optimistas. El camino no es fácil, pero es claro. Y el peligro
no es el comercio ni la globalización, son los pesimistas.
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