Corren
tiempos en los que la crítica a todo lo que pueda acercarse al “sistema” se convierte
en moda y resulta progresista hablar del postcapitalismo, el cambio climático,
el aumento de la pobreza y, en definitiva, cualquier cosa que implique un
sentimiento generalizado de culpa. Sin embargo hay autores que, lejos de la proclama
incendiaria y populista, se atreven a ir contracorriente siguiendo un método
sencillo, pero eficaz: buscar datos, leerlos, y analizarlos. Y estos autores
nos permiten saber que hay pobreza, pero menos que antes; que el clima cambia,
pero que no es un drama; que el capitalismo tiene sus fallos, pero que sigue
siendo el mejor sistema económico actual. Muchos los llaman negacionistas,
otros liberales… son optimistas (no olvidemos a Bjorn Lomborg) Como indica el
título de este ameno y documentado libro, Matt Ridely nos acerca los grandes
temas de la sociedad actual, revisados con una perspectiva histórica y con proyección
a futuro, llegando a la “peligrosa”
conclusión de que el hombre no hace las cosas tan mal, y que la sociedad basada
en el intercambio tiene a regularse, a mejorar, a eliminar las barreras y los
problemas por la vía del crecimiento, la invención, la innovación… siempre fue
así, desde los primeros cazadores y recolectores y, previsiblemente, lo seguirá
siendo. El comercio y la inteligencia colectiva permiten superar las barreras
que los pesimistas van poniendo sobre el camino evitando las soluciones que
tantos generadores de miedos suelen proponer, las regresiones, las vueltas
hacia atrás, el involucionismo aunque se vista de progresismo. Posiblemente la
continuas menciones a Adam Smith y al mercado hagan que la crítica fácil
considere este libro un manual de
peligrosos liberales involucionistas, pero una lectura atenta permitirá
hacernos sentir optimistas. El camino no es fácil, pero es claro. Y el peligro
no es el comercio ni la globalización, son los pesimistas.
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