Es difícil que lleguen a Sevilla exposiciones de grandes autores
contemporáneos, auténticos blockbusters,
que son habituales en las grandes capitales del circuito artístico. A ello se
une la escasez de obras de algunos de ellos en los museos españoles, que los
alejan del gran público. Por eso, exposiciones cono “Van Gogh alive” tienen
especial relevancia ya que, si bien no acercan físicamente las grandes obras al
espectador, son capaces de transmitir una experiencia basada en sencillos, pero
contundentes efectos audiovisuales. El leit
motiv de la exposición en una presentación
de la vida de van Gogh, en la que se aborda su proceso creativo, su intensa y
agitada vida interior, la relación con su hermano y otros autores, su pasión
por el color y la naturaleza…, todo ello acompañado de imágenes de gran tamaño
de sus obras, con una cuidadísima banda sonora, y con un acertadísima selección
de textos de sus famosas cartas, que permiten un acercamiento intenso al autor,
muy emocional, de mayor calado que el que puede producirse en muchas
exposiciones convencionales, generalmente atestadas de público. Como el nombre
de la exposición indica, una experiencia que trata de revivir a van Gogh, de
una manera informal, pero cuidada, profesional, muy educativa y pedagógica,
incluso necesaria, y que debiera ser tomada como modelo para abrir el interés
por la contemplación del arte, más allá del simple visionado de lienzos.
domingo, 11 de marzo de 2018
“Murillo y los Capuchinos de Sevilla”. Museo de Bellas Artes de Sevilla. 28 de noviembre de 2017 a 1 de abril de 2018.
Primera de las exposiciones inauguradas para
conmemorar el cuarto centenario del nacimiento del sevillano Bartolomé Estaban
Murillo, y centrada en la obra realizada para el convento de los capuchinos,
que incorpora el programa completo de las obras realizadas por el autor para
dicho convento. Obra eminentemente religiosa en la que se identifica la madurez
creativa de un autor consagrado y en plenitud, permite conocer aspectos no
canónicos del autor, como sus pinturas de santos franciscanos, centradas en
aspectos muy concretos del devocionario hispalense. Para muy fans de Murillo.
“La tía Julia y el escribidor”. Mario Vargas Llosa. Alfaguara
Varguitas es un joven aprendiz de todo: de novelista
y de hombre, que vive en la cerrada sociedad limeña de los años 50. Su vida se
mueve entre los estudios de abogacía, su trabajo en la radio de los folletines
y su familia, a la que pertenece la tía Julia, una mujer mayor (cerca de la
cuarentena), que se convierte en un elemento perturbador (exuberante,
extranjera, divorciada, liberal), del que se enamora perdidamente el protagonista.
Historia de amor encendido a la vieja usanza (celos, huidas, celestinas,
oposición familiar), con final feliz y moraleja optimista (el amor lo puede
todo), que se alterna con historias secundarias bellas y enternecedoras
protagonizadas por los personajes del mundo radiofónico (desde los dueños de
las cadenas, a los autores de folletines y los becarios de los noticieros) y los propios protagonistas de los
folletines, que cobran vida en tramas paralelas, a modo de pequeños cuentos
insertos en la historia global. Una novela entretenidísima, muy amena, que apetece
leer, y que deja un regusto muy agradable, optimista, invitador a la relectura,
y en la que el estilo de Vargas Llosa (¿remedo personal y profesional de
Varguitas?) se despliega con toda su intensidad, brillo y riqueza semántica.
“Qué está pasando en Cataluña”. Eduardo Mendoza. Seix Barral
Sin
apasionamientos estériles, Eduardo Mendoza realiza un lúcido y aséptico
análisis de la situación que ha llevado al enfrentamiento en Cataluña,
rastreando sus orígenes, y exponiendo los miedos, tergiversaciones y prejuicios
que han llevado al momento actual. Un repaso por la historia reciente del
catalán, como idioma y como persona, su carácter en transición de lo rural a lo
urbano; el emprendimiento tradicional de la burguesía; el desarrollo de los
negocios y la industria favorecidos por los denostados decretos de Nueva Planta;
la importancia de la educación, etc…; aspectos definidores de una cultura, la catalana,
que han sido manipulados para convertirlos en señas diferenciales, cuando nunca
debieron de ser otra cosa que elementos enriquecedores.
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