La biografía de Miguel Hernández escrita por Eutimio Martín no deja a
nadie indiferente, ni a los grandes admiradores del poeta alicantino, ni a sus
más acérrimos detractores. Es la biografía que desmitifica al santo laico, convirtiéndole
en un hombre normal, humano, como cualquier otro, con sus ansias, sus fobias,
su egoísmo…; y precisamente por ello, lo remitifica, dándole una nueva
dimensión a su gran valor literario. Martín nos presenta a un poeta de altísima calidad técnica, gongorino,
autodidacta en lo poético, a un nivel muy por encima del de la mayor parte de
sus compañeros de profesión…. sí, profesión, porque si algo caracteriza al Hernández
de Eutimio Martín es su clara vocación profesional, poniendo su trabajo por encima
de todo, y con ello, la necesidad de hacer cualquier cosa con tal de triunfar
profesionalmente. ¿Es ello un pecado?. No, es la vida. Así, muestra el acercamiento a elementos falangistas
y reaccionarios en sus inicios, basculando durante la guerra al apoyo al
partido comunista. ¿Fue un veleta? No, sencillamente se acercaba a quien podía
ayudarle, poniendo sus versos al servicio de la causa que mejor le ayudara a
difundirlos. Y cuando al final tuvo que tomar partido, cuando ya predominaba la
necesidad ética sobre la económica, Miguel Hernández decidió y se fundió con su
obra. Miguel Hernández, a pesar de todo, no era poeta de ninguna facción, de
ningún bando, más allá que el del ser humano y el de la poesía; fue un auténtico
oficiante de la misma; y esa vocación desaforada, posiblemente, le alejaba
parcialmente de la realidad, lo que contribuyó a su trágico fin. La biografía
de Martín no es una biografía al uso, lo es centrada en la actividad poética,
centrándose en la relación hombre-poeta, y si bien es altamente clarificadora y
alumbradora del verdadero ser, muy desconocido que fue Hernández, en su intento
por desmitificarle utiliza una fuerte carga ideológica, muy tendenciosa y
sesgada. Así, exagera su dimensión contrarrevolucionaria, cargando en los
matices políticos que interesan al biógrafo y en una personalidad más compleja
y calculadora que la que parece ser. Sin embargo, lo que se trasluce, lo que el
mismo autor de forma involuntaria nos presenta, es una persona sencilla, que se
siente cómoda con los seres sencillos, con su tierra, que hace lo posible por
sobrevivir y vivir de su trabajo, y que se ve arrastrada por las circunstancias.
Nos presenta, en fin a un hombre normal y, precisamente por ello, tan
excepcional.
sábado, 12 de mayo de 2018
“El mundo de Sofía”. Jostein Gaarder. Siruela
El manual de filosofía perfecto. De manera amena y muy didáctica, se hace
un repaso de las principales corrientes filosóficas y de sus respectivos
representantes, contextualizándolos y explicándolos a través de metáforas simples
y sencillas, que tienen su trasunto en la trama novelesca que hace de hilo
conductor. Es con todo un libro inacabado, o prematuramente acabado. Así, la
historia de la filosofía hasta el mundo moderno, es pausada, detallada,
prolija, pero a partir de ese momento la historia, a la par que la trama
novelesca, se acelera, y condensa demasiado conocimiento en pocas páginas,
haciéndose confuso. La claridad explicativa de las corrientes filosóficas
antiguas, medievales y modernas, se convierte en un batiburrillo de autores,
líneas de pensamiento e ideas, que requieren algo más de reposo explicativo.
Con todo, hay páginas brillantes como las referidas al marxismo o la
explicación de la teoría de la Evolución de las Especies de Darwin. En
definitiva, un loable intento, bastante útil de servir como manual de
referencia de filosofía para todos aquellos que busquen conceptos claros y
concretos sobre una materia necesaria pero, a menudo, maltratada en el sistema
educativo, en parte por la falta de textos adecuados.
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