El
Camino de los Difuntos es una pequeña novela sobre la justicia y la ética, la
culpa y la redención. Un camino de difuntos, nos dice el autor, es el trayecto
invisible que une las casas solariegas vascas, con el lugar donde entierran a
sus muertos, como trasunto de la vida, que de alguna forma queda impregnado en
el ambiente. A partir de esto, el autor plantea una pequeña novela de tesis, en
la que el protagonista, un jurista encargado de analizar los expedientes de los
demandantes de asilo en Francia, se plantea qué es la justicia y en qué debe
basarse. La novela nos retrotrae a una época convulsa, el inicio de los años
ochenta, cuando Francia decide dejar de dar asilo a los terroristas de ETA. Con
una prosa exacta, precisa y milimétrica, aunque no fría, llena de intención,
con descripciones muy potentes, Sureau plantea los perfiles éticos y morales de
la justicia, pero cae en el error de blanquear a los terroristas buenos, sin
caer en la cuenta de que aquellos que en su momento justificaron las muertes,
fueron tan culpables como los que las ejecutaron, aunque luego se retractasen.
Las ideologías cargan las balas que otros disparan. En cualquier caso, una
pequeña novela brillante, interesante, que merece la pena leer.
domingo, 30 de junio de 2019
“Florencia y las villas toscanas”. Harold Acton. Confluencias
Este libro
es un regalo para los sentidos. Incluye dos interesantísimas obras de Harold
Acton, uno de aquellos ingleses diletantes que vivieron en la Toscana y la
hicieron suya, pero no transformándola sino adaptándose, embebiéndose de su
refinamiento y su historia, y convirtiéndose ellos mismos en parte del paisaje,
engarzando el glamour británico, con
el poso de elegancia y sobriedad de las antiguas familias florentinas, que
trasciende a través de sus villas. En “Florencia”, Acton hace un breve resumen
de la historia del Gran Ducado, centrándose en el dominio de su familia más
famosa, los Médici, y remitiéndonos a la época en que Florencia era la
vanguardia de todo: del arte, la política, las finanzas… y como de aquel crisol
de excelencia se creó un estilo único de ver la vida, bello a la par que
austero, excelente a la vez que mundano. En “Las villas toscanas” el propio
autor, que nació y murió en una de esas villas originales de la edad de oro
florentina, nos explica los fundamentos de la belleza toscana, el gusto por lo
bello pero sobrio, rehuyendo los excesos, y un forma de vivir, la del refinado
noreuropeo que descubre la esencia de la vida y el arte en Italia, donde
encuentra las raíces de su cultura y el saber vivir, esos ingleses que
prolongaron la excelencia florentina pero que, poco a poco, veían como ese
mundo desaparecía siendo ellos sus últimos representantes. Leyendo a Acton es
fácil intuir los jardines de los palacios florentinos, desparramados en las
laderas de las colinas que circundan al Arno; el sol, los olores…Todo esto, la
historia antigua y la reciente, viene aderezado en esta exquisita edición por
una precisa introducción de Luis Antonio de Villena que sitúa al autor en su
contexto, que no es el del cambio de siglo del XIX al XX, sino en uno más
amplio, el de la Florencia renacentista, que con los ingleses de Florencia, ve
sus últimos días.
“El Nilo. Cartas de Egipto”. Gustave Flaubert. Gadir.
Mediado
el siglo XIX Flaubert y su amigo Maxime du Camp emprendieron un largo viaje por
oriente próximo. Era el momento álgido del romanticismo europeo, de las
revoluciones liberales, de la pasión por la aventura y el orientalismo. Este
libro recoge las cartas que el autor de Madame
Bovary envió, sobre todo, a su madre y a su amigo Louis Bouilhet. En ellas
descubrimos a un Flaubert diferente, no el brillante novelista, sino a un
viajero ocioso, que sin renegar de la cultura egipcia, se deja llevar por la
pereza en su barco sobre el Nilo. Se fija en los paisajes ribereños, caza,
habla de las gentes que viven en las humildes aldeas, fuma y ve las estrellas,
pero sobre todo ve pasar la vida. Se convierte en un diletante. Aunque a pesar
del título hay poca información práctica de Egipto, merece la pena por lo que
tiene de reflejo de una época, de un país y de una forma de viajar, cuando el
turismo lo cultivaban apenas unas élites y no había tenido tiempo d corromper
los bellos lugares. Es un viaje a la infinitud y a la autenticidad, un viaje
que, posiblemente, muchos quisiéramos hacer aunque, efectivamente, esos tiempos
ya pasaron.
“Doña Juana de Castilla”. Jakob Wasserman. Mármara
La vida de Juana de Castilla
llevada al esperpento, podría ser el resumen de esta pequeña obra que no es, en
ningún caso, un ensayo histórico, sino una ficción sobre un personaje
histórico. El conjunto de pasajes que Wasserman desgrana pretenden reflejar el
yo interior de doña Juana, pero no queda siquiera en un intento. Es todo una invención,
más basada en estereotipos neogóticos que en hechos reales. Un mundo en el que
se mezclan traumas, brujería, oscurantismo, mentes torturadas y asesinatos, que
apenas incluso sirven para entretener. Una obra claramente prescindible.
domingo, 23 de junio de 2019
“Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal”. Stefano Mancuso y Alessandra Viola. Galaxia Gutenberg.
Al saber que el 99,7% del peso de los seres vivos en la Tierra lo forman plantas, cabría tratar de entender como esos lejanos parientes nuestros, los auténticos representantes de la vida en la Tierra, los seres que más éxito han tenido en persistencia, los que además intermedian entre los animales y el sol, la base de la cadena trófica, viven. Y vivir, no es únicamente vegetar, sino desarrollar con plena eficiencia sentidos como la vista, el olfato, el gusto, el tacto, el oído... y hasta 15 sentidos más... y además, cómo la inteligencia. El hombre comprende bastante bien el mundo cuando lo entiende desde su perspectiva; lo que no es comparable a él, o es inferior (resto de los animales) o no alcanza el nivel mínimo de evolución (las plantas). Y sin embargo, si algo nos revela este excelente e imprescindible libro de Mancuso, es que eso no es del todo así. Los prejuicios de especie, nos hacen ver como inferior a todo lo que es distinto, lo que no se adapta a nuestros estereotipos. Mancuso parte de una premisa inicial: hace millones de años, las plantas eligieron un camino, ser sésiles, justo lo contrario que los animales. Eso inevitablemente les obligó a desarrollaron una estrategia vital diferente, desde su posición estática; y lo relevante que nos revela esta obra es que no por ello renunciaron a relacionarse entre sí y con el entorno, a luchar por su supervivencia, a desarrollar estrategias de ataque y defensa, … en definitiva a vivir. Y sí, si la inteligencia significa resolver problemas, anticiparse a ellos, analizar el entorno y reaccionar, las plantas son inteligentes. Desde la humildad, en un mundo en que continuamente se nos dice que el ser humano está comprometiendo su viabilidad, el éxito continuo y mantenido de las plantas desde hace cientos de millones de años hace necesario leer este libro que nos ayudará a ver las cosas de otro modo, valorándolas no mejores o peores, sino diferentes, pero con el conocimiento de que su estrategia ha sido tremendamente exitosa, hasta el punto de que no nos necesitan y, sin embargo, nosotros sin ellas, no podríamos sobrevivir. Una llamada a la reflexión y al replanteamiento de verdades absolutas.
“Retrato de Baroja con abrigo”. Jesús Marchamalo y Antonio Santos. Nórdica
Nórdica no es una editorial al uso. Está especializada en hacer regalos a los lectores: su catálogo de autores e ilustradores, y la cuidada edición de todos sus volúmenes, hasta los más sencillos, la hacen merecedora de espacios en toda biblioteca que se precie. Con Nórdica se ayuda a amar la literatura. “Relato de Baroja con abrigo” es uno más de los muchos ejemplos que ilustran lo anterior. Una pequeña obra, casi un divertimento en que Marchamalo, un enamorado de los libros y gran didacta sobre la literatura, recrea pasajes de la vida de Baroja, excelentemente seleccionados para reflejar lo característico de su forma de ser y de su actitud vital, algo huraña, a veces perpleja, pero expectante siempre. Un pequeño libro agradable, de lectura fácil, divertido, excelentemente acompañado por los dibujos de Antonio Santos, auténticas postales vitales del autor vasco.
sábado, 22 de junio de 2019
“Las hermanas”. Stephan Zweig. Acantilado
El relato corto es uno de los géneros más difícil en literatura. Solo unos pocos autores tienen la altura literaria suficiente para, en unas breves páginas, ser capaces de armar una trama coherente, suficiente y desarrollarla con estilo. Stephan Zweig es uno de ellos. En su amplia producción literaria existe un conjunto de pequeñas obras, de muy diversas características, que aglutinan la esencia del género y que no tienen nada que desmerecer respecto a grandes como Scott Fitzgerald, Somerset Maughan, o Jack London. El aparentemente pausado, amable, y melancólico estilo de Zweig no le hace menos merecedor de reconocimiento. "Las Hermanas”, una obra considerada menor, cuenta una historia sórdida que permite acercar al lector a varios de los temas recurrentes del autor: la ambivalencia, la rectitud, la relajación de costumbres, siempre con potentes personajes femeninos... Zweig enfrente las dos caras de la realidad haciendo que el lector entre en el juego de prever la conclusión y contrastar sus posiciones frente a la realidad compleja que ocultan las apariencias. Como en todos los cuentos, la moraleja llega, inevitable, y no por ello menos esperada, haciéndonos sentir juguetes del destino.
“Americo Vespucio. Relato de un error histórico”. Stephan Zweig. Acantilado
Las biografías constituyen un género en el que destacó, rutilante, Stephan Zweig, siempre obsesionado por la historia y el devenir de los acontecimientos. A las tan conocidas obras sobre “María Estuardo” y “María Antonieta”, se une la de Americo Vespucio, trabajo de pequeño formato que, sin embargo, aglutina un inmenso conocimiento acerca de uno de los personajes clave del renacimiento europeo. Navegante y cartógrafo, pasó a la historia por ser el padre del topónimo “América”, en un juego de luces y sombras, verdades y mentiras, del que nunca sabremos si fue protagonista consciente o actor pasivo. En cualquier caso, la abundancia de información que presenta Zweig, acompañada por su excelso estilo nos acercan más al hombre que al personaje histórico. Y a él, al hombre, lo interroga, lo analiza, lo asculta para saber el qué y el por qué, como buen historiador, pero al tiempo, trata de ahondar en sus sentimientos, en su psicología, sus fundamentos morales y éticos. Y con esto Zweig, gran constructor de personajes, lleva la historia del personaje a la literatura. Un libro entre la historia y la ficción que permite conocer a la persona, su peripecia vital, su mundo y, sobre todo, colocar al lector, como hace siempre Zweig, en el centro de la trama, preguntándose qué habría hecho si el protagonista de la historia fuera él.
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