La inspectora Camino Vargas debe enfrentarse a un asesino en serie que mata mujeres embarazadas que, aparentemente, no tienen relación entre sí. En la tórrida Sevilla, ella y su equipo deben desentrañar una trama en la que se mezclan intereses empresariales, consideraciones éticas y maltratos. Al mismo tiempo, la inspectora debe luchar contra los recelos que entre sus compañeros ha supuesto su ascenso al cargo, tras los disparos sufridos por su jefe y mentor en une refriega, que le dejaron en coma. Una novela ágil, muy entretenida, cercana a los estereotipos y realidades de nuestra sociedad (lejos de los ambientes nórdicos, tan habituales en la novela policíaca reciente) y tremendamente solvente, con buenos personajes, creíbles, situaciones muy bien llevadas, nada efectistas. Una apuesta segura.
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