A la
altura del gran museo en que se convirtió tras su reforma, el MAN celebra la
arqueología con la magna exposición “El poder del pasado”, en la que hace un
repaso a siglo y medio de práctica arqueológica en España, una disciplina que
el gran público admira, pero que asocia a otras latitudes, a otras experiencias. Y no
debiera ser así; como la exposición demuestra, existe una gran riqueza material
legada por profesionales que se empeñaron (en todos los sentidos del término)
en devolver el lustre al gran pasado material que alberga la Península Ibérica.
Excepcionales piezas dan muestra de ello: el efebo de Antequera, la corona
votiva de Guarrazar, la gran dama oferente del cerro de los Santos, o la mítica
corona de camafeos de Sancho IV. Acompañada de un excelente discurso didáctico,
es una exposición que nadie debe perderse, especialmente las jóvenes
generaciones en las que se encuentran los grandes arqueólogos del futuro. Pero,
además, es una magnífica oportunidad para aprovechar y disfrutar de la
exposición permanente, que hace del MAN un hito por el que merece la pena
alargar el espacio de la “Milla de Oro” de Madrid.
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