Haciendo uso de su habitual exquisitez
narrativa, Amin Maalouf dibuja en clave novelada la excepcional vida de Hasan
ibn Mohammed el Zayyati, “El Africano”, un personaje clave para entender el
cambio de era que supuso el siglo XV. Viajero, comerciante, embajador, pero
sobre todo, un auténtico personaje de mundo, extranjero en su propia tierra,
ciudadano (en el concepto actual del término) de un mundo dividido entre
cristianos y musulmanes, católicos y protestantes, imperiales y otomanos...
Allá donde moró, supo captar lo mejor de su vivencia, haciéndola suya,
incorporándola a su experiencia, sin dejarse llevar por tabúes o verdades
impuestas. Entre el mito y la realidad, la figura de León el Africano, si no
fue así, hubiera merecido serlo, como nos atestigua su eco en la historia.
Maalouf, autor de un puñado de novelas excepcionales dotadas de un elevado
lirismo, como en “Samarcanda” o en “La Roca de Tanios”, hace de su excepcional
prosa un envoltorio apropiado a un lenguaje común, de fondo, que inspira los
mismos principios que guiaron a Hasan: la bonhomía, el humanismo y la fraternidad
en un mundo cambiante al que se acerca, siempre, con los ojos abiertos, en estado
de novedad: “Soy hijo del camino, caravana es mi patria, y mi vida la más
inesperada travesía”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario