lunes, 9 de marzo de 2020
“El gatopardo”. Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Cátedra
“Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie”. Esta cita, la más famosa de la obra de Lampedusa, resume el microcosmos de esta genial, inclasificable, exhuberante y brillante novela. A mitad de camino entre la obra histórica, la autobiografía y la novela de costumbres, “El gatopardo” es la historia de muchos cambios de época: el fin de la Sicilia tradicional, furibundamente independiente frente al reino borbónico y aun así, querente de él; es el fin de la brillante monarquía de las Dos Sicilias, frente al anexionismo piamontés; y es, sobre todo, el fin de la casa de Salina, que en sí misma refleja la esencia siciliana, una Sicilia salvaje y bella, de sol ardiente y cuajados campos de cultivo, en la que no pasaba nunca nada que rompiera el orden tradicional de las cosas. Y en esa majestuosa calma, el Príncipe Fabrizzio, personaje inspirado en el tatarabuelo del autor, príncipe de Lampedusa se deja llevar por las costumbres: la caza, los palacios, las meretrices, los bailes, los paisajes luminosos. Tras la lectura de esta bella obra, es difícil no evocar las bahías napolitanas, las terrazas cubiertas de vides, los frescos palaciegos,… y es difícil no sentirse cercano a los magistrales personajes, no solo el sereno príncipe Fabrizzio, consciente de su otoñal sino y el de su familia, sino del padre Pirrone, típico capellán familiar, que ejerce la fe a la medida de sus necesidades; o la bella Concetta, esperando el partido perfecto y cuyo orgullo señorial le impide ver su gran oportunidad; o el fogoso Tancredi, un personaje típicamente italiano, visceral, enamoradizo, diletante y fanfarrón; o incluso el perro Bendiccó, que con su presencia constante, marca el tempo de la novela. Una delicia de lectura, una obra imprescindible que, habla de la esencia de las cosas y del paso de la vida.
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