Grandísimo y monumental volumen dedicado al análisis
político, bélico y, sobre todo, social de la Guerra de la Independencia americana,
desde sus inicios como guerra civil, hasta su final revolucionario e
independentista, con análisis detallado de sus contendientes, estrategias y
tácticas. Lo mejor, con todo, más allá de la amplísima documentación manejada,
es su visión imparcial, analizando las situaciones desde ambos lados del
conflicto, lo que sólo puede permitirse un historiador no ideologizado ni
vinculado emocionalmente con ninguno de los bandos; no se pretende reivindicar
a un contendiente por encima del otro, sino reflejar las dos caras de la misma
moneda, la violencia, que los dos ejércitos desarrollaron, más allá de la historia
escrita por los vencedores que nos suelen remitir a una revolución blanqueada,
idealizada, humanista y donde los altos valores de la libertad y la democracia
guiaban todas las actuaciones de las tropas. Al contrario, se nos revela una
revolución de extremada violencia, en la que la represión y la venganza estaban
a la vuelta de la esquina en cada rincón donde se producía un ataque o una
reconquista; donde la población civil afecta a uno u otro bando era duramente
castigada y, cuanto menos, escarniada, y donde en ciertos episodios, los
soldados de cualquiera de los dos bandos eran capaces de las mayores
atrocidades. Los ciudadanos y soldados
se vieron tratados de forma inhumana, con sus derechos suspendidos por tropas
tanto regulares, como mercenarias en un conflicto áspero en el que la
posguerrra fue especialmente dura en el bando vencedor. La amplia profusión de detalles
y el manejo de las fuentes locales (periódicos, gacetas..), unidos a la gran
pericia del autor, reflejan un ambiente tremendamente vivido que mantiene el
corazón del lector en un puño en el medio de los asaltos a las trincheras, los
ataques a los fuertes o en las prisiones flotante de los soldados.
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