Precuela
de la serie del comisario Lescano, que se desarrolla en el convulso periodo que precede a la dictadura de Videla.
La interesante trama que propone Mallo mezcla (sin agitar) el terrorismo
parapolicial, los campos de exterminio, y el esoterismo nazi. Mallo no utiliza
trucos, no recurre a efectismos vanos; la trama fluye en una ágil concatenación
de secuencias que desvelan, poco a poco, al ritmo de la investigación policial,
el trasfondo que mueve a los personajes. Sin renunciar a los iconos del género
(policías descreídos, villanos poderosos, una fuerte protagonista femenina,…),
Mallo aprovecha para proponer pequeñas pero contundentes píldoras propias de
una novela de tesis, adentrándose en las profundidades de grandes temas de
hondo calado humano, como el origen de la degradación moral de la sociedad de
la Alemania nazi (“Eran los muertos de hambre
de la posguerra del 14 […] esos a quienes la falta de alimento les había
borrado toda la reserva moral. Esos que llegaron a ver a otro ser humano como
algo de que alimentarse. Y, cuando estuvieron sumergidos en lo más profundo de
su miseria, apareció un demente y les dijo que eran la raza superior. Y le
creyeron”), la eutanasia (“Pregúntese si tiene la fortaleza y el amor
suficientes para hacer lo que debe […] elegir una muerte lenta e indigna o el
pacífico cese del funcionamiento de un organismo, Y si decide adoptar la
actitud más cobarde, la de no elegir, habrá optado por la primera”) o el lirismo que acompaña al
amor más allá de la muerte (“Te lo ruego,
líbrame para volver a quererme, en la vida, en el paso de los días, en nuevos
soles, en nuevos amores que serán posibles solo porque lo aprendimos en el que
compartimos”). Un auténtico noir, esencial, en la mejor tradición
del género.
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