Es cosa
sabida que el artista nace y se hace. Es el caso de Carmen Iglesias, Artista
(con mayúscula) que, de no haber respondido tardíamente a su vocación, hubiera
sido, sin lugar a dudas, una figura representativa de la realidad pictórica
española a la que, sin duda, pertenece por derecho propio. La exposición que
acaba de clausurar en la Casa de Galicia en Madrid, muestra una panorámica
amplia de su obra, en la que su personalísimo estilo se refleja a través de
múltiples variantes, manifestándose desde la abstracción al realismo, pasando
por el cubismo, el expresionismo, el fauvismo y hasta la pintura de corte naïf.
La pincelada gruesa, la pintura espesa, y sobre todo, una armónica composición
cromática en la que, como firma personal, destaca su sutil uso delos lilas y
morados, convierten a sus cuadros en un completo catálogo de sentimientos y
emociones. Sus paisajes, ya sean urbanos o naturales reflejan su vinculación
afectiva con el entorno y retrotraen al espectador a un mundo vibrante y
sencillo de sensaciones profundas y verdaderas… una pintura íntegra, real y maravillosa
que encarna y sublima al mismo tiempo una mirada gozosa del mundo. Su pintura
transmite alegría, sentimiento y pasión. Magnifica retratista de la naturaleza,
alcanza la excelencia en sus vistas urbanas, sin desmerecer sus marinas, de
primerísimo orden. En la mejor tradición de la excelente escuela paisajística
española, Carmen Iglesias la dignifica y prolonga. Una auténtica delicia, que
merece ser disfrutada.
lunes, 30 de octubre de 2017
domingo, 29 de octubre de 2017
“Maria de Molina”. Mercedes Galibrois. Urgoiti Editores
Biografía de referencia de la
excepcional reina y, sobre todo, mujer, que fue María de Molina. Con una
amplísima base documental, basada, no sólo en las tradicionales crónicas de los
reyes finales de la casa de Borgoña sino, y muy especialmente, en el amplio corpus epistolar de los archivos de las diferentes
coronas peninsulares, Mercedes Galibrois consigue un espectacular retrato
personal de la reina de la concordia, en el que pone en valor las altísimas
cualidades personales, de mando y femineidad de la, sin duda, más determinante
reina de Castilla, en dura competencia con Isabel I, aunque con la desventaja
de nunca haber sido titular del reino, haber gobernado en dos minorías, y
haberse encontrado las más de las veces, sola ante la nobleza agresiva y
disgregadora. Una biografía que merece la pena ser leída, no solo por
especialistas (a pesar de contar con casi un siglo, sus planteamientos básicos
siguen en vigor a la luz de la nueva historiografía), sino por amantes de la
historia en general (refleja el convulso pulso entre la monarquía y la nobleza
que daría paso al estado nación renacentista) y, también, por amantes de la
literatura pues, si bien su estilo narrativo es, en la semántica y en la
sintaxis, casi decimonónico, su estructura, enfoque y aproximación al momento y
sus personajes, lo convierten en una novela de lectura placentera. Una
auténtica obra maestra de la antigua historiografía, donde el rigor no es
incompatible con la divulgación, antes bien, son firmes aliados.
“El certificado”. Isaac Bashevis Singer. Byblos
David,
un joven judío rural que quiere ser escritor, se dirige a la nacionalista Varsovia
de entreguerras en busca de fortuna. Allí recibe la noticia de que ha sido
agraciado con un certificado que le permitirá establecerse en Palestina, aunque
no dispone del dinero necesario para el viaje. Su búsqueda de una solución a la
encrucijada que se le plantea le lleva a relacionarse con tres mujeres que querrán beneficiarse de su situación: Sonia, una dócil y sumisa tendera que
quiere viajar a palestina y alberga la esperanza de vivir con David; Minna, una
joven rica y elitista que concerta un matrimonio de conveniencia con él para
poder emigrar a Palestina; y Edusha, la fogosa y temperamental hija de su casera, que le introduce en los ambientes
revolucionarios de Varsovia. Sin embargo, en tiempos convulsos la vida de sorprendentes
giros que condicionan las actitudes y las posibilidades de todos ellos. Los
sueños, las inquietudes, las esperanzas, son fútiles y cambian al son de los
acontecimientos. Y ante este panorama, David se deja llevar por el destino, con
una única intención, luchar por la vida. En la mejor tradición del gran Bashevis
Singer, maestro del relato corto, costumbrista, social y personal, esta novela
breve se rebela como una de sus mejores creaciones, en la que su alter ego, David, recuerda por actitud y
convicción al Manuel creado por Baroja para la trilogía de “La lucha por la
vida”, de la que sin duda hay reminiscencias en esta obra: los ambientes, la
galería de personajes, la fina ironía, la sensación de ser sus personajes
marionetas de un destino condicionado por hechos turbulentos… todo ello
envuelto en un ambiente de revolución, propio de comienzos del siglo XX, en el
que las ideologías exaltadas muestran todo lo peor (antisemitismo, fanatismo,
pobreza, intransigencia) y lo mejor (el fondo del alma humana, los hombres buenos, la autoconfianza como
herramienta de supervivencia) del hombre. Una novela imprescindible, que
dejará, con todo, un buen sabor de boca.
De nuevo, literatura de verdad.
viernes, 27 de octubre de 2017
"Walt Whitman. Canto a mí mismo". Jerome Loving. Paidós
Con
“Walt Whitman, el canto a sí mismo”, Jerome Loving se convierte en el biógrafo
de referencia del autor de “Hojas de Hierba”. La biografía de Whitman,
ampliamente documentada, academicista aunque sin pretensiones literarias en sí
misma (defecto habitual de muchos biógrafos) realiza un recorrido solvente por
la vida del autor, pero sobre todo por su psique, sus filias y fobias y las
obsesiones que recorrieron los últimos años de vida de Whitman, con la defensa
numantina de Hojas de Hierba (consciente
de su trascendencia literaria), su reivindicación como personaje principal del
panorama social americano (sus supuestas vinculaciones con Lincoln), y su
continúa proyección del modelo de sociedad americano que identificó en los años
previos a la guerra. En esta sucesión de batallas que fue el último tramo de la
vida de Whitman, tras su exuberante plenitud y la decepción que supuso la
Guerra Civil, se refleja, además, la joven sociedad americana, que tras el
drama fratricida toma al fin conciencia de sí misma y resurge, fortalecida,
apuntalando su joven democracia con una clara conciencia de destino, ese destino
que Whitman refleja en sus optimistas composiciones en torno a la idea de la
nación y que mantendrá en sus últimas ediciones. Una sociedad civil y una
sociedad literaria, en la que las rencillas entre los grandes autores, los
apoyos de sus lectores, las disputas en los diarios reflejan un interesante
panorama cultural en torno a un género, en principio tan elitista, como la
poesía. En definitiva, un libro ameno e interesante, un fresco vívido de la
américa del siglo XIX que recupera a un autor alejado de los cánones estéticos
europeos y, sin embargo, tremendamente influyente en la literatura y sociedad
americana posteriores.
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