Relato histórico, periodismo novelado, realidad ficcionada… cualquier descripción
vale para definir esta interesante obra que narra el ascenso de Hitler en la
civilizada Europa de entreguerras. Un reflejo del monstruoso caminar del
continente hacia el apocalipsis, pero sobre todo, un reflejo de la ambición, de
la cobardía, de la hipocresía… no de Hitler, sino de quienes le permitieron
llegar a donde llegó. Cancilleres, políticos, banqueros, industriales…. Por acción
o por omisión, permitieron el ascenso de Hitler y lo apoyaron. Fue un momento
de héroes y cuando los héroes no se revelan, los asesinos toman el poder. Esta
obra nos permite pensar que hubiera ocurrido si los líderes alemanes y europeos
hubiesen hecho honor a su apelativo, si se hubieran defendido los valores de
las democracias occidentales, si alguien hubiese sido fuerte y hubiera
arrastrado a los demás tras de sí, contra el Horror. Pero sobre todo nos hace
pensar, ante una catástrofe humana de la magnitud de la Segunda Guerra Mundial,
sobre el grado de responsabilidad que tuvieron quienes miraron a otro lado, se
acobardaron o jalearon a la bestia. La historia la escriben los ganadores,
aunque muchas veces para ocultar su propia derrota.
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