Es ésta una de las míticas
novelas de aventuras que, desde hace décadas, llenaron de emoción la cabeza de
miles de adolescentes en todo el mundo. Héroes y villanos, secretos y tesoros,
aventuras, amor, lugares desconocidos e ignotos…, todos estos elementos se dan
cita en una obra que nada tiene que envidiar a las grandes novelas del género
escritas por Verne o Salgari. En este caso, un grupo de exploradores parten en
busca del hermano de uno de ellos, perdido en el desierto en pos de un mito,
las fabulosas minas de diamantes y esmeraldas del rey Salomón. Habrán de luchar
contra los elementos, la magia, tribus salvajes para desentrañar lo ocurrido y
volver sanos y salvos. Una historia escrita en un contexto de supremacía
política y social británica en la que no se oculta cierta condescendencia
racial. Pero los libros son fruto de su tiempo y todo ello no desmerece. Una
gran obra, merecedora de una mejor traducción y, posiblemente, actualización,
pero grande al fin y al cabo.
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