El éxito, muchas veces, ciega a los autores y no les hace ver sus limitaciones. Es el caso de Ken Follet quien, tras innegables éxitos, decidió que su misión pasaba a ser la de un gurú que debe lazar mensajes y anteponerlos, en este caso, la literatura. La literatura de Best Sellers es digna y no debe ser despreciada. Como toda obra personal, es susceptible de incorporar un mensaje, pero cuando éste aflora y pretende convertirse en parte sustancial del relato, aleccionando al lector, hace decaer al relato literario, especialmente cuando el autor no es un pensador de reconocido prestigio y valía, lo cual no ocurre con Follet. Ya se vislumbró en la última entrega de la exitosa “Los pilares de la tierra”, que supuso un decepcionante cierre de la serie, y vuelve a darse en “Nunca”, donde una trama, como siempre, bien armada y urdida, finalmente queda subordinada al mensaje que pretende transmitir, con tanto énfasis que devalúa el producto. Las últimas páginas del libro reflejan esta situación y dejan una sensación inequívoca de pérdida de tiempo, cerrando en falso la que podría haber sido una interesante novela de intriga. Se podrá aducir que Follet pretende lanzar un mensaje positivo a la sociedad, lo cual estará bien para quien lo busque y lo busque en él. Para los demás, decepcionante.
miércoles, 25 de enero de 2023
“Nunca”. Ken Follet. Plaza y Janés.
El éxito, muchas veces, ciega a los autores y no les hace ver sus limitaciones. Es el caso de Ken Follet quien, tras innegables éxitos, decidió que su misión pasaba a ser la de un gurú que debe lazar mensajes y anteponerlos, en este caso, la literatura. La literatura de Best Sellers es digna y no debe ser despreciada. Como toda obra personal, es susceptible de incorporar un mensaje, pero cuando éste aflora y pretende convertirse en parte sustancial del relato, aleccionando al lector, hace decaer al relato literario, especialmente cuando el autor no es un pensador de reconocido prestigio y valía, lo cual no ocurre con Follet. Ya se vislumbró en la última entrega de la exitosa “Los pilares de la tierra”, que supuso un decepcionante cierre de la serie, y vuelve a darse en “Nunca”, donde una trama, como siempre, bien armada y urdida, finalmente queda subordinada al mensaje que pretende transmitir, con tanto énfasis que devalúa el producto. Las últimas páginas del libro reflejan esta situación y dejan una sensación inequívoca de pérdida de tiempo, cerrando en falso la que podría haber sido una interesante novela de intriga. Se podrá aducir que Follet pretende lanzar un mensaje positivo a la sociedad, lo cual estará bien para quien lo busque y lo busque en él. Para los demás, decepcionante.
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