lunes, 8 de febrero de 2016

“Un verano chino”. Javier Reverte. Plaza y Janés.


De decepcionante podría calificarse la última obra del excelente autor de viajes Javier Reverte. Un libro que ya en su formato (apenas 244 páginas de tipos grandes) auguraba cierta superficialidad, máxime teniendo en cuenta el subtítulo (“un país sin pasado”) referido a una civilización milenaria. En efecto, si bien el planteamiento narrativo es similar al de grandes obras del autor (viajes personales, lejos del circuito turístico, integración en el mundo real, interesantes apuntes históricos)… todo el viaje en este libro parece estar hecho con prisas y desgana. Sólo así puede entenderse que la conclusión final del lector, al contrario que en el resto de destinos del autor, sea la de aborrecer China, sus paisajes y el comportamiento de sus gentes. Ciertamente cada país es como es, pero lo que se espera de la literatura de viajes es descubrir las verdades ocultas, aquellas que sólo poniendo pie a tierra, pueden conocerse. Posiblemente algo tenga que ver la propia China, pero lo que está claro es que todo aquello que de bueno pueda tener (y seguro que lo tiene) no parece haber sido descubierto en este viaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario