En el crédito de Paul Durand estará
siempre haber sido capaz de visualizar el valor de mercado de los grandes
maestros del impresionismo a quienes represento y lanzó al mercado de una forma
eficiente. A través de sus galerías en París, Londres y Nueva York, fue capaz
de transmitir el valor de la modernidad de los nuevos autores a una sociedad
deseosa de acercarse a cosas nuevas, modernas y rompedoras. Y lo logró. No sólo
fue marchante de grandes autores a los que lanzó primero en América y luego en
Europa, sino que consiguió mantener el espíritu, identificar a las nuevas
promesas, y encauzar satisfactoriamente los mercados que, entrando en el primer
gran “ismo” contemporáneo, nunca volverían a ser iguales. Esta exposición
muestra a aquellos que llegaron al final, los últimos grandes maestros de un
estilo que, rápida y vertiginosamente, como el mundo urbano que les sustentaba,
ya había cambiado y exploraba nuevas formas de expresarse. Con todo, la
sensibilidad del movimiento, su doble pasión por lo urbano y lo natural, sus
colores luminosos, sus efectos e impresiones, brillan en estos epígonos que,
sin competir con las grandes figuras, no se quedan atrás y representan lo mejor
del estilo.
lunes, 30 de diciembre de 2024
“Paul Durand-Ruel y los últimos destellos del impresionismo”. Fundación Mapfre. 19 de septiembre de 2024 a 5 de enero de 2025
“Justiniano. Emperador, soldado, santo”. Peter Sarris. Taurus
Monumental biografía del último gran
emperador romano que pudo ser considerado como tal. Legislador, conquistador,
reformador, teólogo… Todos los atributos de su potestas los manejó y
controló dando continuidad a la idea imperial de la antigua Roma. Desarrolló su
programa de forma impetuosa, apabullante y poderosa, con un ejercicio no exento
de dogmatismo y crueldad, luchando contra imperios, bárbaros, y facciones
internas, y dejando un magnífico recuerdo entre sus sucesores. Además de
compilar el derecho romano, sentando las bases del que habría de aplicarse
tanto en occidente como en oriente, logró mantener la idea de que Roma no era
sólo un lugar, sino un concepto; terció en las luchas religiosas creando el
canon católico frente al arrianismo; creó el sistema de Themas para
mejor defender el territorio; volvió a hacer del mediterráneo un lago romano, y
construyó Santa Sofía. La peste, el expansionismo sin límite y las fuertes
contradicciones internas, contribuyeron a que al final de su reinado, las
costuras que mantenían unido al imperio anunciasen el inicio de una larga caída
que, si duró un milenio, se debió gracias a sus reformas. Por las páginas de
esta magnífica biografía circula, no solo la mirada vigilante y sagaz del
emperador, sino la vida de sus grandes colaboradores y coetáneos: Teodoro,
Belisario, Narsés, Procopio, … todos ellos tienen sitio en la historia, gracias
a la aguda visión imperial de su señor.
“Las orillas dichosas. El Eco. Domingo”. Irene Nemirovski. El barquero
Los tres pequeños relatos que conforman
este volumen reflejan el más puro estilo de la gran escritora judía. Personajes
dramáticos pero dignos, lenguaje puro y sencillo pero contundente; situaciones triviales
pero intensas, hacen de las tres situaciones, tres ambientes, tres historias
únicas llamadas a remover los sentimientos del lector. La literatura de Nemirovsky
no deja indiferente, llama a la reflexión sobre el destino, las pasiones, los
comportamientos, y a la empatía con sus personajes que, llevados por la fortuna
podrían ser cualesquiera de nosotros. Y eso la convierte en una prosa
profundamente humana y, por ello, cercana.
“La colección invisible”. Stefan Zweig. El barquero
Exquisito relato de Zweig en el que
cuenta la historia de un prestigioso coleccionista de láminas que, ciego, no es
consciente de que su colección ha sido ya vendida por su mujer e hija para
poder subsistir. Él, anclado en sus recuerdos, acaricia sus tesoros sin darse
cuenta de que ya no están ahí. Esa colección invisible es a la vez su sustento
espiritual y el recuerdo de una pasión que llegó a ser obsesiva generando su
propia ruina. La delicadeza, elegancia y profundidad humanista de Zweig, como
siempre, aflora en los relatos breves, y esta sí, es visible para el lector,
que no puede dejar de sentir la angustia que reprimen sus personajes ante la
posibilidad de que el engaño se revele.
“Un claro en el bosque”. Oriol Ginestá. Comanegra
Dentro del espíritu de la literatura de
naturaleza, este pequeño cuento da un paso más allá mezclando naturalismo con
la filosofía oriental. Muy naïf, exacerba los tópicos del estilo,
caricaturizándolos sin querer. Previsible y vano, no aporta nada a quien no
busque una autoafirmación en los principios o conceptos que pretende defender. Sinn
valor literario, el emocional, es residual.
“La guerra civil ¿Cómo pudo ocurrir?”. Julián Marías. Fórcola
El filósofo Julián Marías, conocedor de
primera mano del origen, desarrollo y fin de la guerra civil, hace una breve
crónica de los hechos marcada por el espanto de ver como los hechos se
desarrollaban movidos por una inercia demencial. De carácter pacifista y, por
vocación, reflexivo, se pregunta por qué una sociedad como la española se
precipitó en un sinsentido movida por el rencor, los odios ancestrales, la envidia…
los pecados capitales de la sociedad española. Una potente llamada de atención
ante quienes fuerzan los antagonismos en la creencia de que forzar la división
y el enfrentamiento es tan sólo una herramienta política y sin ser consciente
de que puede desencadenar mecanismos ocultos, incontrolables, que desencadenen
el horror.
“Visita a los millardos”. Stefan Zweig. El barquero
Breve reflexión de Zweig sobre el poder
del dinero, a partir de una visita a los sótanos de un gran banco donde,
alineados, se encuentran los lingotes, las acciones, las monedas, y las pasiones
humanas. El dinero se manifiesta así, como una nueva religión, no de amor, sino
de poder, y la banca como su iglesia.
“El cuento de navidad de Auggie Wren”. Paul Auster. Booket
Paul Auster, el gran narrador neoyorquino,
escribió esta preciosa joya a modo de cuento de Navidad urbano, para los no
creyentes, aunque sin olvidar los grandes valores de la celebración: la
amistad, el cariño, el acercamiento a los desvalidos. Una preciosa metáfora
(urbana) del paso del tiempo, de la esperanza, del recuerdo de los ausentes, en
una narración sencilla, llena de sutilidades y destalles exquisitos, y en la
que el poder de las imágenes, las reflejadas en las palabras, y las descritas
en la propia narración, abren paso a un camino melancólico y soñador sobre el
paso de la vida.
“La muerte en Venecia”. Thomas Mann. Navona
Con inevitables ecos autobiográficos,
esta novela narra la visita de un escritor en crisis creativa a Venecia donde,
buscando un clima más benigno y la inspiración que le abandonó, encuentra una
pasión prohibida, una obsesión por un joven que, como él, se hospeda junto a su
familia en el Lido. Sin que haya un encuentro, una relación, siquiera un intercambio
de palabras, el protagonista se ve atraído por la belleza del joven, su
espíritu indómito, inquieto, su sencillez, su inocencia. Todo ello en el marco
de una Venecia de inicios de siglo XX, todavía parte del gran tour¸ meca
de visitantes europeos en busca de arte y clima… pero asediada también por la
enfermedad, que hace acto de presencia dictando su sentencia metafóricamente,
como una plaga bíblica, castigando a los pecadores. Una maravillosa visión de
una Venecia antigua, y una exquisita descripción de sentimientos, desde la
ausencia del contacto físico, pero con toda la profundidad de las pasiones
ocultas.
sábado, 14 de diciembre de 2024
“El cuarto de atrás”. Carmen Martín Gaite. Cátedra.
A medio camino entre la novela y la
autobiografía, la autora utiliza la excusa de la llegada de un visitante anónimo,
alguien que ha de entrevistarla, para pasar revista a una serie de recuerdos de
juventud, de sus años adolescentes y sus primeros pasos como escritora. El franquismo
de posguerra, la torpe sociedad española con sus tabúes y tristes ecos de
glorias pasadas, son revividos en los ojos de una niña/adolescente/joven mujer
en la que la libertad de pensamiento, su indomable fe en si misma, su ímpetu
creativo, se refugian y salvaguardan en un espacio, propio y privado, su cuarto
de atrás. De escritura brillante, sencilla a la par que espléndida, con un
perfecto dominio del lenguaje y del significado de las palabras, este pequeño
cuento imbrica ficción y realidad de una forma soberbia y, dotada de un fino
toque de humor, rica en metáforas, se convierte en un documental tanto de la gris
España del NODO, como de la actividad y el proceso creativo. Una pequeña joya
para una lectura reposada.
“Como atracar un banco suizo”. Andrea Fazioli. Siruela
De sugerente título, y de argumento
evidente, se trata de un intento estrepitosamente fallido de crear una novela
magistral. Llena de tópicos y lugares comunes, con personajes flojos, diálogos
pobres y ambientaciones simplonas, la novela se convierte en una sucesión de
escenas mal resueltas y situaciones absurdas, que desmerecen notablemente la
colección de novela en la que se publica. Una novela muy decepcionante y pobre,
perfectamente prescindible.
“Breve tratado sobre la estupidez humana”. Ricardo Moreno. Fórcola
Pequeño manual destinado a desenmascarar,
mediante la fórmula de evidenciar y sistematizar sus características, a los
estúpidos, aquellos seres tan abundantes (aunque sea por mor de la estadística)
en nuestra sociedad y que tienen, dentro de sus categorías, una característica
común: no se dan cuenta de que lo son. De forma inmisericorde, lapidaria, pero
con un toque de ácido sentido del humor, el autor nos desgrana el verdadero
peligro de tales sujetos, especialmente cuando ostentan cargos políticos,
relevancia social o empresarial. Una breve obra hilarante que no será indiferente
al lector; difícil será no reconocer en sus páginas a un jefe, un cuñado, un
vecino, un personaje relevante de la vida social que no cumpla a rajatabla los
parámetros descriptivos que tan magistralmente, casi taxonómicamente, enumera
el autor. Un divertido pasarratos, si no fuera por la trágica realidad que describe:
el mundo está lleno de imbéciles y estúpidos.
“Industrias y andanzas de Alfanhui”. Rafael Sánchez Ferlosio. Penguin Random House
En el triste panorama literario de la
posguerra española, surge este cuento brillante, luminoso y colorista, principal
exponente del realismo mágico ibérico, que cuenta las andanzas de un chico
manchego cuyo nombre, Alfanhuí, recuerda el canto de los alcaravanes. A medio
camino entre la novela picaresca y la costumbrista. Sánchez Ferlosio realiza un
abrumador y brillante despliegue literario para, con una prosa espléndida,
crear un universo mágico lleno de colores, sonidos y olores, donde la narración
trasciende las páginas y nos traslada a una realidad diferente, la que ve Alfanhuí
a través de sus ojos amarillos, llena de metáforas espléndidas, episodios mágicos,
y personajes trascendentes. Deudora de la novela anterior, son evidentes las
referencias barojianas en los episodios madrileños, o la tradición de novela
paisajista castellana cultivada por el propio autor y su generación; es una
obra rompedora, única, originalísima, injustamente olvidada, que refleja con
maestría el poder de las palabras.