Monumental biografía del último gran
emperador romano que pudo ser considerado como tal. Legislador, conquistador,
reformador, teólogo… Todos los atributos de su potestas los manejó y
controló dando continuidad a la idea imperial de la antigua Roma. Desarrolló su
programa de forma impetuosa, apabullante y poderosa, con un ejercicio no exento
de dogmatismo y crueldad, luchando contra imperios, bárbaros, y facciones
internas, y dejando un magnífico recuerdo entre sus sucesores. Además de
compilar el derecho romano, sentando las bases del que habría de aplicarse
tanto en occidente como en oriente, logró mantener la idea de que Roma no era
sólo un lugar, sino un concepto; terció en las luchas religiosas creando el
canon católico frente al arrianismo; creó el sistema de Themas para
mejor defender el territorio; volvió a hacer del mediterráneo un lago romano, y
construyó Santa Sofía. La peste, el expansionismo sin límite y las fuertes
contradicciones internas, contribuyeron a que al final de su reinado, las
costuras que mantenían unido al imperio anunciasen el inicio de una larga caída
que, si duró un milenio, se debió gracias a sus reformas. Por las páginas de
esta magnífica biografía circula, no solo la mirada vigilante y sagaz del
emperador, sino la vida de sus grandes colaboradores y coetáneos: Teodoro,
Belisario, Narsés, Procopio, … todos ellos tienen sitio en la historia, gracias
a la aguda visión imperial de su señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario