Dentro de su excepcional colección, Nórdica nos
ofrece en este volumen tres cuentos breves de Virginia Woolf, autora de la que
siempre he tenido la impresión de que estaba sobrevalorada. Aquí, la confirmo
(al menos, por el momento). Posiblemente el problema de esta obra es que no son
verdaderos cuentos, no es lo que el lector espera. La peripecia vital de
Virginia Woolf se traslada perfectamente a su estilo, existencialista, metafórico,
simbólico…; no es una autora de fácil lectura, antes bien, requiere una
preparación previa y eso no la hace mejor ni peor, simplemente obliga al lector
a abrir un dubitativo análisis sobre su valía: ¿es difícil de entender o simplemente
es una autora con oficio que en la aparente complejidad esconde su verdadero
nivel?. Posiblemente sus fans opinen lo primero; yo, de momento, estoy en la
segunda hipótesis aunque reconociendo, sin duda, la capacidad para crear
imágenes en tempo lento. Con todo,
una lectura interesante si se hace de forma sosegada, permitiendo, de paso,
saborear las excepcionales ilustraciones de Elena Ferrándiz, quien sin duda ha resuelto el “enigma Woolf” y
ha sido capaz de adentrarse en su complejo mundo interior.
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