lunes, 7 de diciembre de 2020

“Tony Takitani”. Haruki Murakami. Tusquets

 


Pequeño cuento que aúna la habitual reflexión sobre el yo y la soledad de las obras de Marukami, con las implicaciones que en los personajes tienen los lenguajes plásticos que desarrollan sus protagonistas. Tony es el hijo de un trompetista de jazz, un vividor que nunca será un buen padre y, completamente ajeno a la vida de su hijo, se manifestará como su antítesis: vividor, social y hedonista. En cambio Tony es un joven retraído que se centra en sus dibujos, que exteriorizan su capacidad expresiva hacia el mundo que le rodea, y que no necesita. Su soledad es elegida, es voluntaria, le llena. No se siente solo. Sin embargo, conoce a una chica, amante de la moda, que se interesará por él, provocando un vuelco en su vida. De la soledad elegida, para a una intensa y compleja vida en pareja que le condicionará más allá de la muerte de su mujer. A partir de ahí le atenazará la soledad, esta vez no buscada, y resultado de la ausencia de compañía. Estas dos soledades, la elegida, positiva, y la impuesta, por negación de la compañía, harán que su vida oscile hasta que tome la decisión final. Interesante reflexión intimista, sin llegar a ser una obra imprescindible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario