Con
la mente puesta en los Momentos estelares… de Stephan Zweig, el gran divulgador
científico Isaac Asimov nos acerca, de una forma llana y amena, a la historia
de grandes personajes de la ciencia y sus descubrimientos. Desde el Eureka de Arquímedes,
a los combustibles líquidos de Goddard, un repaso a grandes momentos
unidos por un hilo conductor: el esfuerzo, la rebelión contra las adversidades,
el tesón. Las mentes brillantes lo son todo, si antes son capaces de
perseverar, de vencer a las adversidades, de mostrar una fuerza confianza en el
éxito. Y en ese contexto, llevando la contraria a la sociedad, a las circunstancias
de su vida, a los contextos históricos, estos grandes hombres y mujeres, no sólo
alcanzaron fama y gloria, sino que consiguieron lo que debe ser el objetivo último
de la ciencia, mejorar la visa de las personas. En Harvey, Guttenberg, Jenner,
Edison, Copérnico, los Curie… se detecta el signo de los grandes entre los
grandes, aquellos que decidieron trascender y supieron ver donde nadie
encontraba nada. La intuición, el esfuerzo y la fe, como grandes motores de la
evolución y de la humanidad. Asimov, gran divulgador al estilo anglosajón,
tanto de historia, como de ciencia, nos deja un ramillete de pequeñas biografías
de científicos y sus descubrimientos, que nos acercan al método científico, en
un sentido amplio, y a la necesidad de apoyar el genio y el talento.
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