No
hay lugar para errores en la sede del MI-5 en Regent´s Park, la sede de los
espías. Pero al contrario que en la época clásica del espionaje a quien no
vale, a quien mete la pata, ya no se le retira, no es políticamente correcto,
se le destina a la Casa de la Ciénaga, y se le da un apelativo “caballo lento”.
Allí, en un edificio destartalado, todos los fracasados e incapaces se dedican
a áreas intrascendentes con la vaga esperanza de que se retiren por aburrimiento.
Y allí reina Jackson Lamb, un perro viejo (ex “caballo veloz”), “un cabrón rudo
de barriga floja” que vestía “como si le hubieran hecho atravesar el escaparte
de una tienda de caridad”. ¿Su confianza en su equipo?, ninguna, son unos
fracasados, “pero son mis fracasados”. En este contexto el auténtico MI-5
organiza una falsa operación para resolverla ante las cámaras y ganar
prestigio. Pero sale mal, y hete aquí que Lamb, el auténtico espía, entra en
juego por accidente y detecta el plan B del MI-5, encasquetar el fracaso a la
Casa de la Ciénaga y a él personalmente; tendrá que mover a sus caballos y
espolearlos, y con la ayuda del joven Cartwright (el único con ciertas dotes),
poner las cosas en su sitio. Vertiginosa, hilarante, entretenida, esta novela,
primera de la serie de Jackson Lamb es todo un acierto y una revitalización del
género de espías/policíaco o vaya usted a saber, porque es tan singular, como
sus protagonistas.
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