martes, 9 de febrero de 2016

“Las bostonianas”. Henry James. Random House (De Bolsillo).


Junto a “Washington square”, es, posiblemente, una de las mejores obras de ambientación americana de James, cuyo estilo se manifiesta desde el primer momento: potentes personajes femeninos, humor elegante y sutil, gran descripción psicológica de los personajes, excelente ambientación…; en definitiva,  una obra típicamente de james y para los muy fans del autor. Con todo se aleja del que considero constituye el mejor James: los cuentos o novelas cortas de ambientación europea, con sus excelentes contraposiciones de tipos. “Las bostonianas” describe la evolución de sutil triángulo amoroso afectivo formado por dos mujeres y el pretendiente de una de ellas en los años posteriores a la Guerra Civil. Se enfrentan dos caracteres contrapuestos, la típicamente bostoniana Olive Chancellor, descrita a través de sus cualidades (“la rectitud en persona”), frente a su primo Basil Ransom, típico caballero sureño, del que destaca, sobre todo, su apariencia física (”los ojos, con su llama intensa, podían indicar en él un futuro de gran estadista americano”). Ambos pugnan por Verena Tarrant, joven sufragista por la que se siente atraído Basil, quien despliega un cortejo en toda regla, acorde a los cánones del momento. La atracción de Olive se manifiesta en un interesantísimo despliegue de afectos, fidelidades y emociones que dejan entrever una relación mucho más profunda. Como en todas las obras de James, la sociedad del momento queda magníficamente retratada, casi diseccionada, convirtiéndose en una auténtica lección de historia. Excepcional traducción de Sergio Pitol.

“El hombre que se esfumó”. Maj Sjöwall y Pewr Wahlöö. RBA.


La aún tan de moda y tan aclamada novela negra nórdica tiene un claro precedente en esta pareja de autores suecos y la serie del detective Beck, escrita a cuatro manos. Ambos crearon el arquetipo de investigador policial nórdico: personajes corrientes, no efectistas, sumidos en sus contradicciones y problemas personales, buenos compañeros… Su método de trabajo, al igual que el estilo de la novela, es sobrio, sencillo, sin grandes alardes, pero no por ello vano. Es, sencillamente, normal, como normales son las situaciones y las tramas. Considerada siempre un género menor, obras como “El hombre que se esfumó” que permiten aunar calidad, interés y entretenimiento, lo dignifican notablemente. Una obra literaria sin más (ni menos) pretensión, que entretener.

lunes, 8 de febrero de 2016

“El misterio de Notting Hill” Charles Warren Adams. Alba Clásica.


Todo género tiene un origen, y en la novela de intriga policíaca, bien podría ser éste. Ambientada en época victoriana, cuenta las circunstancias en que se desarrolla la misteriosa muerte de la mujer del barón R. Para ello emplea una estructura narrativa original: el abogado de la compañía de seguros, realiza un informe (que constituye el cuerpo de la novela), en el que sucesivamente aporta hechos, antecedentes, pruebas y, finalmente, conclusiones. Todo ello en el marco de una deliciosa ambientación en el Londres de la época, donde aparecen elementos típicamente románticos y tenebrosos (espiritistas, personajes oscuros, pasiones ocultas…), una afinada  descripción de la sociedad (desde el rígido sistema de clases británico, a la etiqueta, cortesía y ocio del momento) y un exquisito uso del lenguaje y los géneros literarios tan de moda en el momento, el epistolar y los diarios. En suma, una pequeña joya, que merece la pena conocer. La edición de Alba Clásica, además, cuenta con el aliciente de las preciosas ilustraciones de George de  Maurier, autor de "Trilby".

“Un verano chino”. Javier Reverte. Plaza y Janés.


De decepcionante podría calificarse la última obra del excelente autor de viajes Javier Reverte. Un libro que ya en su formato (apenas 244 páginas de tipos grandes) auguraba cierta superficialidad, máxime teniendo en cuenta el subtítulo (“un país sin pasado”) referido a una civilización milenaria. En efecto, si bien el planteamiento narrativo es similar al de grandes obras del autor (viajes personales, lejos del circuito turístico, integración en el mundo real, interesantes apuntes históricos)… todo el viaje en este libro parece estar hecho con prisas y desgana. Sólo así puede entenderse que la conclusión final del lector, al contrario que en el resto de destinos del autor, sea la de aborrecer China, sus paisajes y el comportamiento de sus gentes. Ciertamente cada país es como es, pero lo que se espera de la literatura de viajes es descubrir las verdades ocultas, aquellas que sólo poniendo pie a tierra, pueden conocerse. Posiblemente algo tenga que ver la propia China, pero lo que está claro es que todo aquello que de bueno pueda tener (y seguro que lo tiene) no parece haber sido descubierto en este viaje.

domingo, 7 de febrero de 2016

“Los elegidos”. Eduardo Iglesias. Los libros del lince.


Un relato absolutamente genial. Una magnífica novela de aventuras y horizontes abiertos, con unos protagonistas que, desamparados por la sociedad, deciden hacer uso de su libertad y vivir: desde el viejo resabiado, al joven inconformista, la impetuosa camionera,… Personajes sinceros, abiertos, transparentes, gente buena en un mundo hostil, que aunque marginados, cada uno a su manera, son los verdaderos dueños del mundo. Todo ello en un ambiente singular, las ruinas de una iglesia que, cada día, es visitada por un águila, que representa su anhelo máximo de dignidad y libertad. Un auténtico y maravilloso descubrimiento. Iglesias muestra el dominio de un estilo personalísimo, sencillo y lírico a la vez, vibrante…. Imprescindible.

“Amor a la vida”. Jack London. Gadir.


Amor a la vida cuenta la odisea de un buscador de oro que debe luchar por sobrevivir para volver a su hogar. Un relato corto en el que el lector se ve inmerso, como en todas las obras de London, en una naturaleza majestuosa, bella, y trascendente… pero también dura, implacable y peligrosa. Y en ella, el ser humano que, aún a su merced, es capaz de engrandecerla con su heroísmo y, al tiempo, mancillarla con su mezquindad. En esta obra todos estos elementos confluyen y atenazan opresivamente a su protagonista que reflexiona sobre lo que realmente merece la pena en la vida. El extremado realismo, propio de un conocedor profundo de las situaciones y ambientes, se refleja en inolvidables escenas como aquellas en las que el hombre confronta sus posesiones más preciadas, el oro y las cerillas que le quedan; o en la pugna por la supervivencia con el lobo; o en sus desesperados intentos por vaciar charcas y capturar a los peces que en ella hay… momentos todos ellos de un intenso dramatismo y un expreso y contenido lirismo. Sin ser una de las obras emblemáticas de London, está a la altura de sus mejores escritos y no deja indiferente a nadie. El autor, gran amante de los espacios abiertos, logra presentar al hombre con su universo de sentimientos y contradicciones, de amores y odios, de anhelos y bajezas, como un ser insignificante en manos de la Naturaleza a la que pertenece. 

sábado, 6 de febrero de 2016

“Los caprichos de la suerte”. Pío Baroja. Espasa.

Obra crepuscular de Baroja, cuenta las aventuras uno de sus alter ego, Luis Goyena, en su periplo huyendo de la Guerra Civil, desde Madrid a París, buscado la libertad.  Luis no huye solo de la guerra, huye de la mezquindad, la barbarie, los prejuicios, huye de aquella España tantas veces criticada por Baroja, la España inculta “y de los curas”, pero también tan querida por Baroja. En efecto, si bien es cierto que al protagonista lo rodean los peores instintos de las sociedad, también surgen los reflejos luminoso de los heroísmos personales, los sencillos, los cabales, los que se proceden de la nobleza de la raza y que, rodeados de tanta barbarie, brillan aún más. Escrita al final de su vida, constituye la última parte de la trilogía “Las saturnales”, en las que de forma casi autobiográfica, transmite sus recuerdos de la Guerra Civil. Como en toda la obra de Baroja el autor se coloca en un segundo plano, limitado a narrar con una total asepsia casi ni se emociona, todo lo que ve, en su cruda y honda realidad. Obra típicamente barojiana, fiel a su mejor estilo, constituye un mapa de los sentimientos y contradicciones de la España de la guerra civil.

“El secreto de la modelo extraviada”. Eduardo Mendoza. Seix Barral.

Último episodio del protagonista de la excepcional novela “El misterio de la cripta embrujada”, un detective surrealista y absurdo en medio de una sociedad que no lo es menos.  Novela que no decepciona a sus fans, mantiene el estilo de las anteriores entregas de la serie, aunque le falta la chispa de los primeros episodios, mucho más frescos y, quizás, originales. Con todo, constituye un ameno divertimento, de lectura agradable, que arrancará unas buenas risas al lector.