jueves, 31 de marzo de 2016

“El punto de vista”. Henry James. La Compañía de los libros.


Como si de la piedra angular del pensamiento de James se tratase, esta obra constituye la quintaesencia del trasfondo que bulle en gran parte de la producción del autor, que aquí explicita de manera brillante para regocijo de sus admiradores. Una obra enteramente dedicada al análisis de lo americano y lo europeo. Pero no nos equivoquemos, si prescindimos del subterfugio del recurso literario epistolar, esta pequeña delicia es un estudio sociológico, un ensayo, más que otra cosa. Otorguemos a James el beneficio de la duda para suponer que conoce de primera mano lo que los europeos y americanos piensan de sí mismos y de los otros (no tenemos por qué dudarlo), y supongamos que su información es cierta y de primera mano (realmente, lo sabemos); pues bien, en tal caso, la panoplia de versiones, de análisis, de enfoques, de puntos de vista¸ que James nos ofrece, esencialmente sobre el modo de ser americano (y europeo por contraposición), es amplísima, no sólo por los tipos elegidos (jóvenes casaderas, parlamentarios, hombres de negocios..), como por los temas tratados (los viajes en tren, la arquitectura, las relaciones personales, la democracia, los negocios…). En definitiva, un mosaico completo de la sociedad americana apoyado en un coro de individualidades que, desde diferentes enfoques, muestran, con la lucidez del sociólogo experto, a la entonces joven democracia americana enfrentada a su realidad y a sus aspiraciones.  Y, como no podía ser menos, todo ello regado con la inevitable ironía y sentido del humor típicos de la prosa de James que le llevan, incluso, a autodefinirse: “Tienen [los americanos] un novelista con pretensiones literarias, que escribe sobre la cacería del marido y las aventuras de los norteamericanos ricos en nuestra vieja y corrompida Europa, donde su candor primitivo avergüenza a los europeos”. Una lectura auténticamente imprescindible.

martes, 29 de marzo de 2016

“El señor Penumbra y su librería 24 horas abierta”. Robin Sloan. Rocabolsillo.


A caballo entre la novela juvenil de aventuras y la novela de intriga, la librería del Señor Penumbra parece un libro fallido, al que el pulso se le quiebra en el último tercio. Parte de una trama interesante y sugerente: una librería antigua, con clientes misteriosos y libros cifrados que esconden un antiguo secreto. La ambientación es interesante, y la dicotomía entre iniciados analógicos y descifradores digitales, parece prometer. Sin embargo, no resuelve bien, y la novela se convierte en cuento, ya decididamente juvenil, con pretensiones filosófico literarias (la amistad, un libro para cada momento, etc…), pero tremendamente vagas y etéreas. Está bien para pasar el rato, es un libro entretenido, de fácil lectura y que, incluso, aporta cierto barniz informativo sobre la tipografía  y los inicios de la imprenta, pero se echa de menos un desenlace a la altura del planteamiento y trama iniciales. Transmite cierto amor por los libros, aunque uno no sabe si como reliquia o como almacén de conocimiento, en todo caso subordinado al mundo tecnológico. En definitiva, no resulta ser más que entretenida novela de intriga en el entorno de los libros, nada más.

lunes, 28 de marzo de 2016

“Otra vuelta de tuerca”. Henry James. Anaya.

Presentada en una colección juvenil (“Tus libros”), esta rareza de James constituye un pequeño monumento a la literatura de terror psicológico. Sin recurrir al efectismo de la sangre o los fenómenos paranormales, tan manidos y sobrexplotados en su época, James se centra en la psicología de los personajes para crear un ambiente opresivo en torno a su protagonista principal (como no, una mujer), en un ambiente propicio para la sensibilidad sensorial. Una institutriz se hace cargo de una pareja de niños con cuya educación sus anteriores preceptores no han tenido éxito. Pero no están solos, pronto, la presencia de otras personas se deja ver (nunca mejor dicho) generando una efecto continuo de opresión, vigilancia y  maldad, en torno al trío formado por los niños, la institutriz y el ama de llaves. No es el mejor cuento de James (tampoco ayuda la traducción, ciertamente mejorable), pero el poderío del autor en su capacidad descriptiva de ambientes y personajes, impregna toda la obra y la convierte en un clásico del terror, gracias, sobre todo, a su imprevisible final, revolucionario para la época, hábilmente utilizado por cineastas contemporáneos como Amenábar o Shyamalan.

viernes, 25 de marzo de 2016

“Nos vemos allá arriba”. Pierre Lemaitre. Letras de Bolsillo.

En los estertores de la Primera Guerra Mundial, el destino de los soldados Maillard y Péricourt, y del oficial d’Aulnay-Pradelle queda indisolublemente unido para el resto de sus vidas. Una estúpida acción de inútil heroísmo (como todos en la guerra), marca el futuro de los tres. Obligados desde sus convicciones personales a hacer frente a lo que la vida les depara, los tres se verán envueltos en una secuencia de acontecimientos que les conducirán a un final trágico y, nuevamente, compartido. Excepcional novela de Pierre Lemaitre en la que las convicciones personales, el sentido del deber y las relaciones humanas son las protagonistas. Igual que la guerra, y en contraposición a ella, la vida se revela como un condicionante inevitable del devenir de los protagonistas quienes no pueden dejar de ser como son, aun queriéndolo. Pierre Lemaitre se nos muestra como un autor completo, en la forma y en el fondo, gran profesional de la novela, que con su obra refuerza el gusto por la lectura, la buena lectura, la que  entretiene y llena, la de fácil aunque no simple lectura… literatura con mayúsculas.

jueves, 24 de marzo de 2016

“El eco”. Henry James. Alba


“El eco” es una muestra muy representativa del estilo típico del mejor James: cuento corto, con potentes personajes femeninos, contraposición de la mentalidad y cultura europea y americana… En París, una familia americana que visita Europa acuerda el matrimonio de su hija con un europeo típico. Entre medias, otro pretendiente, genuinamente americano, periodista de sociedad, tensiona la relación y la enfrenta a sus propias contradicciones: el qué dirán, frente a la esencia de las cosas; la imagen pública, frente a la sinceridad personal. Un delicioso juego de situaciones y personajes que enfrentan el encuentro de dos mundos con la llegada del siglo XX. La puritana nueva Inglaterra se contrapone a la liberal Europa y, sin embargo, la forma de afrontar la vida en ambos casos es radicalmente opuesta  a las premisas iniciales: la fresca forma de ser americana, libre y abierta; frente a la estrechez de miras y los corsés de la sociedad europea. Toda una delicia de lectura apta para los seguidores de James y cualquier lector que quiera disfrutar de una narración bien armada, con personajes solventes, y una trama que, más allá del evidente e inevitable discurrir de acontecimientos (no por previsibles, menos sorprendentes) profundiza, como siempre hace James, en la psicología del ser humano, sus ambiciones, sus posiciones vitales…, con un tono alegre y desenfadado, humorístico, pero profundamente personal. 

“La rubia de ojos negros”. Benjamin Black (John Banville) Alfaguara.


Huele a Chandler, sabe a Chandler... pero no es Chandler. “La rubia de los ojos negros” es una buena novela noir, digna heredera de la obra de Raymond Chandler,  protagonizada por su gran Philip Marlowe (no en vano, los sucesores de Chandler eligieron a John Banville como el más adecuado para continuar su obra), pero le falta la frescura del original. Banville sabe recrear todos los tópicos de las obras de Chandler, y lo hace con oficio y precisión, pero se nota que es una imitación. No es natural. La novela sería una gran obra si no tuviera que soportar la comparación con sus predecesoras. Como imitación es genial, casi perfecto, pero como a las imitaciones, les falta alma, atmósfera, y sabor. Diríase que es una obra escrita en color imitando el blanco y negro. Muy cinematográfica, parece más pensada para verse que para leerse, incluso encajaría perfectamente en una película actual de género negro, pero no en un clásico de los años treinta; le falta el genuino sabor del original, el conocimiento preciso de lugares y ambientes; la socarronería del Marlowe genuino, apenas se vislumbra; a la femme fatale le falta una vuelta de tuerca. Sería una perfecta obra a interpretar por Bassinguer y Speacy, pero no por Bacall y Bogarth.  Siendo una gran novela de género su principal problema es que trata de parecerse a Chandler… y le falta bastante.

lunes, 21 de marzo de 2016

“La llamada de lo salvaje”. Jack London. Nórdica.

Épica, magistral, y emocionante, es la odisea de Buck, el perro que, criado en un rancho californiano, debe adaptarse a la lucha por la supervivencia en Canadá. Buck es un perro familiar, amado por sus dueños, que lleva una vida muelle sintiéndose el rey de su entorno. Mimado, querido y agasajado, es robado y vendido a unos canadienses inmersos en la fiebre del oro, para actuar como tiro de un trineo. Buck, traumáticamente separado de su entorno, se enfrenta a un estilo de vida completamente diferente, en el que tendrá que acostumbrarse y adaptarse a la lucha por la supervivencia en condiciones extremas: hambre, trabajo extenuante, clima duro y hostilidad por parte de perros y otros hombres. Mientras el carácter de Buck se forja en esa lucha, en su interior la cercanía a lo salvaje le hace sentir la llamada de sus ancestros, la llamada de la libertad. Excepcional novela de Jack London en la que los paisajes de Alaska atrapan al lector con su magnificencia constituyendo el más adecuado marco para dos historias, la de la superación personal de Buck ante odios, rivalidades y mezquindades (una metáfora clarividente de la lucha por la vida en los humanos), y la de las relaciones entre los perros y sus amos, sus fidelidades, complicidades y desavenencias. Y, como no, un canto a la naturaleza, a lo puro y primigenio, al orden natural de la vida, donde la fortaleza impone la supremacía, pero donde, también, hay una suerte de justicia oculta, no sólo la del más fuerte, sino la del más noble, la del que mejor sabe cuidar y guiar a su grupo. Una sublime y bellísima metáfora de la vida. Una potente y hermosa novela. magníficamente editada con preciosos dibujos de Javier Olivares y la excepcional traducción de Héctor Arnau.