martes, 2 de enero de 2018

“1212. Las Navas de Tolosa”. Jesús Cano de la Iglesia. Ponent Mon.


A lo largo de su intensa historia, España tiene un buen puñado de episodios que serían merecedores de una mayor atención y divulgación. Uno de ellos es la batalla de las Navas de Tolosa, cuya génesis y desarrollo se plasman en este elaboradísimo y detallado comic. Partiendo de un rigor histórico bastante apreciable, el cómic relata los prolegómenos y el acontecer de aquella jornada que supuso un cambio definitivo en el curso de la historia medieval de España. Se trata de un comic verista, nada que ver con otros famosos y mediáticos cómics de base histórica como “300”, aunque no por ello deja de ser ameno. Presenta el gran acierto de trascender los hechos rigurosamente históricos y añadir una contextualización social a partir de algunos de los personajes secundarios, en ambos bandos. Como peros cabe citar algunos tópicos que se manifiestan en el lenguaje de los personajes (quizás el aspecto más mejorable), y una excesiva carga en textos explicativos, posiblemente necesaria para poder abordar la complejidad del episodio. Con todo, resulta un trabajo muy loable e interesante, tanto desde el punto de vista histórico, como del de entretenimiento, ofreciendo un incentivo muy sugerente para todos los públicos de cara al estudio e interés por la historia.

“Origen”. Dan Brown. Planeta

Los best seller de Dan Brown acostumbraban a aportar entretenimiento a sus lectores y un entorno contextual ameno y sugerente, que incluso animaba a profundizar en ciertos elementos conformadores de la trama. No se puede esperar de ellos literatura de alto nivel, lo cual no es necesariamente malo si se busca, simplemente, pasar un buen rato. A pesar de ser conscientes de todo ello, “Origen” es un libro totalmente decepcionante y prescindible, que no merece en absoluto el tiempo que se tarda en leerlo. Los tópicos se convierten en caricatura, la trama es simplona y vulgar, completamente vacía, y el contexto en que se desarrolla, completamente esperpéntico. Sin pretender que una obra de ficción refleje la realidad del entorno en que se desarrolla, la imagen que Brown crea de la España supuestamente actual, y que será la única imagen que muchos de sus lectores tengan del país, es completamente surrealista y delirante. Poco que decir de la planicie de sus personajes, de los descafeinados protagonistas, y  de unas situaciones completamente absurdas que pretende resolver mediante trucos baratos amparados en una supuesta avanzadísima inteligencia artificial. Obra muy menor de un autor y una saga que, tras haber estirada excesivamente, no parece dar más de sí, habiendo caído en la más absoluta vulgaridad.