“Narraciones de Caza Mayor en Cazorla”. José Luis González-Ripoll. Everest.

 

Este pequeño libro, que acoge los recuerdos de antiguos furtivos, gente serrana que vivía de lo que daba la Sierra, en épocas en que la Sierra no era un espacio para el turismo, sino el hábitat donde competían por sobrevivir hombres, plantas y bestias, cuando los cazadores suspiraban por logran el mejor trofeos de caza de la especie más emblemática de la sierra, la cabra montesa es, ante todo, un homenaje a uno de los espacios más exuberantes, tremendos, magnificentes y soberbios de la geografía española. La Sierra de Cazorla, un conjunto monumental de sierras, cortados y valles, de grandes rebaños de cabras, ciervos y gamos; donde los gigantescos pinos, antaño recurso de la Marina Real, compiten con rústicos y resilientes chaparros y enebros; donde el agua, la nieve y la piedra no están domesticadas, es la absoluta protagonista de unas historias que, centradas en la caza, nos hablan de otra época, de gente curtida en un terreno inhóspito y bello, seres humildes que aprovechaban los recursos del mote, que se desplazaban a pie y sobrevivían encuevas, que se enfrentaban al tiempo inclemente y conocían todos los recovecos del terreno, sus especies, sus vientos… gente dura y, a la vez, sobria y noble, para los que la caza era un medio de vida, y que como buenos cazadores, la protegían, y admiraban a las víctimas contra las que luchaban porque eran su sustento.  Es un canto de amor a Cazorla, el más extenso parque natural, cuando era un mundo propio completamente ajeno al exterior. Con hechuras de novela antigua, un testimonio imprescindible para conocerlo, quererlo y admirarlo.

“Huésped de una noche”. Heather Gudenkauf. Motus

 

Sensacional representante del Country Noir esta magistral novela en la que la brutalidad soterrada del mundo rural, estalla en una genial trama que, a medida que avanza la novela, se va concretando y concentrando llegando al inevitable final, quizás la parte en la que la pierde fuelle, tanto argumental como literariamente. Con todo, una potente y absorbente obra, en la que se mezclan presente y pasado, soleados campos de maíz y borrascas invernales, con elementos icónicos (graneros, sótanos, pickups, sheriff..) que, a la par que reconocible, la hacen singular. Plenamente cinematográfica, la historia que conecta las muertes del pasado con el inquietante presente; la lucha de una madre maltratada que huye de su pertinaz maltratador; el recelo generacional de familias enfrentadas por la propiedad de los terrenos. constituyen un ambiente denso en el que no puede ocurrir otra cosa que un gran drama.

“After Dark”. Haruki Murakami. Tusquets.

 

El universo Murakami se desarrolla en todo su esplendor en esta breve novela que habla, en un ambiente típicamente hopperiano de soledades, sueños, inquietudes, … pero sobre todo, de amor y amistad. La noche, escenario propicio para el salto de la realidad al mundo de los sueños, permite que los sentimientos sencillos y directos afloren, y que los protagonistas de esta coral historia se muestren en toda su humanidad. Con un lenguaje sobrio, pero necesario, sin artificios ni licencias extravagantes, hermoso, se desgranan, junto a las horas del amanecer, las sensibilidades de sus personajes, como siempre, destacando los femeninos, generando una sensación de paz y sosiego, en la que la luz del día, tras la noche (after dark), servirá de catalizador para sus relaciones. Una delicia, como prácticamente todas sus obras, del necesario Nobel de Literatura.

“El imperio eres tú”. Javier Moro. Planeta

 

El intento del autor de crear una novela histórica, queda completamente desarbolado cuando el protagonista, el emperador Pedro I de Portugal, abandona su infancia y entra en la historia. A partir de ese momento, prácticamente tres cuartas partes del libro se convierten en un manual de historia novelado, en el que el autor muestra la profunda y exhaustiva documentación y análisis del periodo que, eso sí, adorna adecuadamente con la descripción de paisajes y personajes para transformar un manual en prosa con más realidad que ficción. Con todo, es una novela entretenida: la singularidad del momento (la constitución del Imperio del Brasil en el siglo XIX), el exotismo del ambiente tropical (parcialmente trufado de súbitas apariciones de escenarios europeos), la lucha entre liberalismo y absolutismo a partir de la cual se conforman los estados modernos, y la inevitable historia de amor que confronta a la ambiciosa y exuberante amante brasileña del rey, con su fría y digna esposa austríaca, generan una lectura interesante y placentera, aleccionadora que, sin grandes pretensiones, deja buen sabor de boca.