miércoles, 25 de julio de 2018

“El orden del día”. Éric Vuillard. Tusquets


Resultado de imagen de El orden del díaRelato histórico, periodismo novelado, realidad ficcionada… cualquier descripción vale para definir esta interesante obra que narra el ascenso de Hitler en la civilizada Europa de entreguerras. Un reflejo del monstruoso caminar del continente hacia el apocalipsis, pero sobre todo, un reflejo de la ambición, de la cobardía, de la hipocresía… no de Hitler, sino de quienes le permitieron llegar a donde llegó. Cancilleres, políticos, banqueros, industriales…. Por acción o por omisión, permitieron el ascenso de Hitler y lo apoyaron. Fue un momento de héroes y cuando los héroes no se revelan, los asesinos toman el poder. Esta obra nos permite pensar que hubiera ocurrido si los líderes alemanes y europeos hubiesen hecho honor a su apelativo, si se hubieran defendido los valores de las democracias occidentales, si alguien hubiese sido fuerte y hubiera arrastrado a los demás tras de sí, contra el Horror. Pero sobre todo nos hace pensar, ante una catástrofe humana de la magnitud de la Segunda Guerra Mundial, sobre el grado de responsabilidad que tuvieron quienes miraron a otro lado, se acobardaron o jalearon a la bestia. La historia la escriben los ganadores, aunque muchas veces para ocultar su propia derrota.

“Los últimos días de nuestros padres”. Jöel Dicker. De Bolsillo


Resultado de imagen de Los ultimos dias de nuestros padresDonde mejor se expresa Dicker es en la intriga, el misterio o, al menos, es a lo que más y mejor nos ha acostumbrado. El registro de “Los últimos días de nuestros padres” es completamente diferente: un grupo de exiliados franceses durante la segunda guerra mundial se integran en los servicios secretos británicos quienes, tras meses de convivencia, les mandan tras las líneas enemigas para ayudar a preparar la invasión continental. Y nada más: viven, aman, sufren. Y nada menos. La prosa sencilla y eficiente de Jöel Dicker se manifiesta en todo su esplendor: trama bien llevada, historias creíbles (salvo alguna trama secundaria), y varias tesis subyacentes: el hombre es capaz de lo mejor y de lo peor, los héroes no existen, hay que tratar de ser Hombres. Novela que atrapa porque, al margen de la trama sencilla, e incluso, previsible, los personajes no artificiosos, sus miserias, sus inquietudes, son un reflejo de cualquiera. Pasan cosas, es una novela con acción, pero no de acción, lo que pasa es la vida misma. Y por eso, a pesar de no ser el registro más alabado de Dicker, sigue siendo una novela reconocible de su autor, porque es de todos, y para todos.

domingo, 22 de julio de 2018

“Recursos inhumanos”. Pierre Lemaitre. DeBolsillo


Resultado de imagen de recursos inhumanosUna novela brutal, apasionante y vertiginosa que va más allá de la trama para convertirse en un auténtico alegato contra la deshumanización de las relaciones laborales. Alain Delambre, otrora un ejecutivo especializado en relaciones laborales, ha perdido toda esperanza de encontrar trabajo. Su vida, anodina, da un vuelco cuando le surge una oportunidad para recuperar su antiguo esplendor laboral. Ante esa oportunidad esta dispuesto a darlo todo, incluyendo a su propia familia, todo con tal de salir del pozo personal en el que, personas como él, le han metido. Pero las personas como él, y aquí se encuentra la tesis de la novela, aunque pertenezcan al departamento de recursos humanos, no lo son, y víctima de un engaño, explota y decide tomarse la justicia por su mano. Con un estilo ágil y frenético, la historia de desarrolla a una velocidad desbordante, nada le sobra y nada le falta, la trama es sugerente, muy bien urdida, y los personajes desarrollan su papel con gran eficacia, tanto, que se llega a sentir la ansiedad del protagonista al ver como se dirige al abismo sin capacidad de frenarse y sin posibilidad de redención. La hábil estructuración en tres partes en la que la segunda cambia de narrador, permite opacar al lector os aspectos clave de la trama para irlos descubriendo poco a poco. Una novela potente, originalísima, para disfrutar.

“El cuento”. Joseph Conrad. Alpha Mini


Suele decirse que el cuento es uno de los géneros más difíciles, en tanto en cuanto que requiere de una gran maestría para, en un reducido número de páginas, ser capaz de expresar emociones, describir situaciones y crear, además, historias creíbles. Joseph Conrad es un maestro del cuento y, en El cuento, lo demuestra con creces. Esta pequeña obra de arte es un ejemplo supremo de la maestría de Conrad y, al tiempo, un auténtico manual de estilo, de su estilo, pues aúna los grandes temas que le son propios (el mar, el bien y el mal), su característico análisis psicológico (profundo) de los personajes, y la creación de atmósferas envolventes, opresivas, aislantes… La historia narra la experiencia de un marino que, a modo de cuento, la transmite a sus colegas, creando un doble plano de realidad, con conexiones esperadas y que inquietan al lector que oye un cuento, mientras lee El cuento. Esta metahistoria ambientada en los usos marinos de la guerra permite conocer de primera mano a lo que es capaz de llegar el autor del “El corazón de las tinieblas”, mientras lanza un guante al lector a quien anima a tomar partido en el dilema en el que se basa la trama y que, inevitablemente, conduce a una visión decadente y pesimista sobre la condición del hombre en los momentos de crisis.

“Miedo”. Stefan Zweig. Acantilado


MiedoMiedo es un pequeño cuento que narra el sufrimiento que sufre una acaudalada mujer vienesa cuando, tras ser descubierta abandonando el domicilio de su amante, es chantajeada y empieza a temer de una manera agobiante, día tras día, perder todo lo que tiene y que, hasta entonces, era secundario para ella. Escrita con la habitual elegancia de Zweig, un verdadero maestro del cuento y del retrato psicológico femenino, la novelita va aumentando su cadencia a medida que los sucesos se van desencadenando, hasta que el final se hace inevitable. Desde la suficiencia de quien con dinero cree pagarlo todo, hasta la hondura de verse abandonada y rechazada y alejada del limbo en que vive, se produce una profunda reflexión sobre el valor de la vida, los sentimientos duraderos, la banalidad y la confianza, y sobre todo, de las consecuencias de los actos propios, un eje común en todos los escritos de Zweig. Una pequeña novela que, sin perder ni un ápice del dramatismo situacional, fluye suavemente hasta un final algo previsible, que reconcilia  al lector con sus protagonistas. Una más de las pequeñas joyas del autor.

lunes, 16 de julio de 2018

“Tiempos oscuros”. John Connolly. Tusquets


Resultado de imagen de Tiempos oscurosUna nueva novela de la serie Charlie Parker, en la que el detective, junto a sus compañeros Ángel y Louis se enfrenta a una misteriosa secta que anida en su territorio predilecto, Nueva Inglaterra. Esta vez, a pesar del trasfondo mítico y mistérico habitual, los horrores son mucho más mundanos, y son los hombres los verdaderos responsables de la sinfonía de perdición y muerte. Tanto que los tradicionales enemigos (Charlie y el Viajante) se alían en su búsqueda, por distintos caminos, por distintos motivos, del bien. Novela que surge en un momento en que las distopías sobre sectas religiosas puritanas son habituales, y que utiliza las principales armas del Connolly: la genial creación de ambientes desasosegantes, personajes fuertes y poderosos, nítidos, y un profundo conocimiento de los rincones más escondidos del alma humana y su reacción ante la adversidad, el miedo y la ansiedad.

“Cuando sale la reclusa”. Fred Vargas. Siruela Policíaca.


Cuando al comisario Adamsberg se le encomienda resolver un caso, el lector se da cuenta que la cosa no quedará ahí. La habitual perspicacia del comisario no queda colmada con la evidencia de los delincuentes y necesita algo más motivador, un caso que sólo él es capaz de ver, y que, poco a poco, se perfila en el horizonte. Lo que parece una serie fortuita de muertes por ataques de una araña venenosa, en la cabeza del comisario se convierte en una serie de crímenes que se pierden en el tiempo y que se enredan indeciblemente, conectando la triste posguerra francesa y un ambiente opresivo de orfanatos con la Edad Media y la propia niñez del comisario, en un juego de engaños y suposiciones que dinamizan continuamente la trama, sometida a continuas idas y venidas que, incluso, acaban más de una vez en aparentes puntos muertos. Sin embargo la fe del comisario en la razón y la intuición, en las burbujas de su cerebro, y su liderazgo entre su experto equipo, permitirá avanzar entre la tela de la araña reclusa, la protagonista virtual de la trama. Novela policíaca sencilla, sin trucos, pero con una trama elaboradísima, hecha para el disfrute, dentro de la mejor tradición del género en Europa. Con personajes solventes y creíbles, desde el comisario y colaboradores, a graciosas viejecitas misteriosas, en la mejor tradición de Agatha Christie, consigue atrapar la atención de forma natural. Una obra muy recomendable y, sin duda, una perfecta introducción a los lectores que quieran conocer la obra de la autora.