miércoles, 17 de marzo de 2021

“Los visigodos. Hijos de un Dios furioso”. José Soto Chica. Desperta Ferro Ediciones

Parafraseando el título de la obra, la historia de los visigodos que presenta José Soto Chica, es una historia furiosa, vertiginosa, y atrevida... Una centelleante obra que, a pesar de su amplísima documentación y detallado trabajo historiográfico, consigue convertirse en una narración de ritmo novelesco, trepidante, que aporta luz sobre uno de los momentos más críticos de la historia de Europa y del mundo: las migraciones bárbaras y la caída de la Roma occidental en una lenta agonía en la que los bárbaros fueron actores principales, tanto defendiendo Roma, como atacándola. José Soto rastrea el origen de los visigodos en la lejana Escandinavia, y va siguiendo su huella a través de las sucesivas oleadas migratorias hasta los confines del imperio en los Balcanes. Ora aliadas, ora enfrentadas, las fuerzas de los diferentes pueblos bárbaros y las de una Roma que lucha desesperadamente por sobrevivir, se enfrentan en míticas batallas, como Adrianópolis, y se integran formando una única realidad en la que hay romanos y bárbaros a ambos lados de la frontera. La pujanza de las tribus que, acuciadas por la necesidad y empujadas por su deseo de medrar, acabarán por configurarse como un pueblo novedoso que, con ciertos tintes de desamor, en el fondo quiere, quiere ser romano. Y esa es una de las principales aportaciones de esta gran monografía: poner el foco en un pueblo tradicionalmente olvidado, desdibujado y reconocer en él al gran protagonista de la historia tardoantigua y protomedieval, convirtiéndoles en los verdaderos sucesores de Roma, casi tanto como los herederos oficiales, Bizancio. Así, los visigodos asumirán la herencia romana y, interpretando su mandato como federados, mantendrán viva la llama del imperio, adoptarán sus modelos y se romanizarán creando un reino deslumbrante, rico en tradiciones, legislación, política y arte. Sus códigos legales, sus ciudades de nueva planta, su arte... todo retrotrae a Roma, su gran referente. Los visigodos que nos descubre José Soto, son Roma con diferentes formas y sólo caerán cuando fruto de esa furia interna, dejen de mirar hacia adelante y se expongan al mismo y postrer error de Roma, las luchas internas. Como una tormenta procedente de otro Dios furioso, sucumbirán a la fuerza del Islam que, ahora sí, acabará con la presencia romana, bizantina en oriente, visigótica en Occidente. Un libro esencial para comprender la historia de Europa que deja de ser una la sucesión de etapas inconexas de antaño y se evidencia como lo que fue, un magma político y cultural en el que el tradicionalmente nebuloso reino visigodos, pasa a ser estrella rutilante y protagonista, con la forma de un reino poderoso, el de Toledo, brillante y esplendoroso. Un epílogo romano de gran altura. 

“Fractal”. Jose Antonio Cotrina. Autoedición

No es la ciencia ficción uno de los géneros de mayor tradición literaria en España. Pero de sus muchos autores, José Antonio Cotrina puede considerarse, con fundamento, uno de los elegidos para representarlo. Como demuestra en esta original, ingeniosa y muy bien elaborada novela. En una realidad formada por infinitos universos paralelos (y sus respectivas Tierras), una suerte de epidemia energética, amenaza con destruirlos. Como si de un virus se tratase, una tupida red, fractal, de fibras moradas se extiende por los mundos generando tormentas de electricidad que provocan el colapso de los mismos y su implosión. Cuando un mundo, una de esas tierras paralelas, colapsa, parte de sus estructuras irrumpen en otras tierras transmitiendo el virus que las destruye. Román Castillo y Alba forman parte de las fuerzas que desde el Orbital Pegaso de la Tierra (en una Tierra protagonista que no es la nuestra), utilizan las ventanas entre los distintos mundos para destruirlos antes de que, como si fichas de dominó se tratase, unos mundos arrastren a otros en su caída. Desde el punto de vista científico, el siempre atrayente mundo de los universos paralelos, combinado con dosis históricas muy bien integradas (como esa Tierra en la que la civilización egipcia domina el mundo, incluidas las islas británicas), está resuelto con solvencia, sin estridencias de cara a la galería: algo de física, buenas dosis de coherencia, y el efectismo necesario. Desde el punto de vista de la trama, como la novela, muchas historias paralelas, perfectamente integradas y trabajadas con un ritmo ágil, atrayente. Una buena novela, entretenida y solvente. Un buen ejemplo de lo que debe ser el género.  

“Café y cigarrillos para un funeral”. Roberto Martínez Guzmán. Autoedición


En Orense, un hombre sin enemigos aparentes recibe mensualmente avisos que le anuncian la muerte el día de su próximo cumpleaños. A medida que se acerca la fecha, los avisos pasan a ser diarios. Presa del pánico acude a la policía que debe evitar el fatal desenlace. Con una trama ingeniosa, resolviendo de una forma muy inteligente el método por el que el asesino es capaz de asegurarse el éxito, la lectura se hace entretenida. Presumiblemente no será una novela que perdure en la memoria. Es una novela más, bien resuelta, pero algo falta de oficio. Con todo, merece una oportunidad. 

domingo, 7 de marzo de 2021

“El Lápiz”. Raymond Chandler. Penguin


Chandler es el gran maestro de la novela negra internacional y el creador del arquetipo de detective que ha iluminado tan oscuro género. Philip Marlowe, investigador privado. Creador de novelas míticas del género, sólo al final de su vida accedió a crear un relato corto en el que Marlowe volvía a escena. Es el Marlowe de siempre: irónico, sentimental, justo y canalla, pero con los años transcurridos, no tanto por el personaje, como por el autor, un Marlowe más contenido, reflexivo y enamorado. En “El lápiz” Marlowe se enfrenta a la mafia y sus sicarios, dejándose enredar en una compleja trama en la que nada es como parece ser y en la que, como es habitual, debe buscar una solución justa. El formato de novela corta, aunque carente de la riqueza expresiva de sus obras arquetípicas, de su minuciosa descripción de la realidad, no hace perder veracidad a la narración: personajes potentes, ambientes realistas, diálogos agudos... Todo Chandler, o mejor dicho, todo Marlowe, se encuentra aquí, inmortal. 

“Contra el fascismo”. Umberto Eco. Penguin

Umberto Eco vivió la llegada, expansión y derrota del fascismo italiano, aquel que debía ser el modelo genuino del totalitarismo reaccionario en los años veinte y treinta del siglo pasado, modelo para muchos otros a pesar de su idiosincrasia y sus características típicamente mediterráneas. Con el humor que le caracteriza, este texto, transcripción de una serie de conferencias suyas al respecto, cuenta las idas y venidas de aquel movimiento que marcó para siempre a Italia, y a Europa, con sus epígonos en la propia Alemania, España, Croacia y tantos otros países, fruto de una moda que mostraba el espejismo de países ordenados, seguros, eficaces, en un momento de tribulación, pero que constituían tan solo una fachada del más rancio modelo social. Desde su propia experiencia, y con el habitual conocimiento enciclopédico de todo aquello que analiza, Eco desnuda aquella experiencia y concluye en la necesidad de evitarlo, identificando lo que lo caracteriza y, a veces, envuelve ocultándolo. No hay peor fascismo que aquel que, escondido, llega como solución de un problema. Ese fascismo que, inconscientemente, se elige y, una vez en el poder, no puede ser desalojado. Otra interesante lección para los tiempos actuales. 

“Notas sobre el nacionalismo”. George Orwell. Penguin


Unos años después de finalizar la segunda Guerra Mundial, el influyente escritor de izquierdas George Orwell, con la vista puesta en el pasado de reciente de la actualidad europea, realiza una aguda reflexión sobre el significado del nacionalismo, sus características, sus tipos y sus ejemplos más relevantes. Poco sospechoso de ser un pensador reaccionario encuentra en los nacionalismos, todos, elementos totalitaristas, excluyentes, y segregadores. Pero sobre todo, identifica sus métodos y todo aquello que los caracteriza: el odio al diferente, la mitificación de las derrotas, el alejamiento de la realidad, el ostracismo del “disidente”. Una aguda y certera reflexión intemporal, porque el virus nacionalista está siempre latente, esperando la aparición del caldo de cultivo que, en cualquier momento, en cualquier lugar, en cualquier sociedad, por avanzada que sea, puede germinar.