viernes, 24 de julio de 2020

“El caso Telak. Un caso del fiscal Szacki”. Zygmunt Miloszewski. Alfaguara

Portada de El caso Telak (Un caso del fiscal Szacki 1)El caso Telak es el primer episodio de una serie de tres, en los que se ofrece al lector una apasionante inmersión en novela genuinamente noir, con los alicientes típicos del género, en su mejor tradición, aderezados con elementos novedosos, que se integran perfectamente en los cánones del género. Así, al protagonista caracterizado como antihéroe (eficiente en lo profesional, fracasado en lo personal) y un elenco de secundarios admirables (personas oscuras, pasados turbulentos, mujeres cautivadoras), se añaden elementos novedosos que, sin desentonar con el canon del género, lo actualizan con naturalidad: desde la contemporaneidad, al marco geográfico novedoso, o el enfoque alternativo de la trama. Efectivamente, la acción la protagoniza un fiscal en la Varsovia actual, con reminiscencias del pasado reciente, tanto comunista como postcomunista, que añaden matices políticos y sociales de interés y muy relevantes para la trama, y que permiten comprender un modelo social poco conocido para el lector occidental, acostumbrado a detectives nórdicos o americanos. El fiscal Szacki es un personaje creíble, un antihéroe clásico, con una visión ácida y corrosiva de la sociedad que le rodea, tratando de adaptarse a un modelo convencional de vida que, a la larga, se convierte en una jaula para él. La trama es sólida, consistente, muy bien urdida y entretenida, directa. Los personajes, llenos de matices físicos y psicológicos, son perfectamente homologables con la realidad, aportando un marco escénico solvente. En definitiva, una novela imprescindible para el aficionado al género, con una excelente traducción y con la sensación de poder convertirse en una saga duradera y apreciada. 

sábado, 18 de julio de 2020

“El enigma de la habitación 622”. Joël Dicker. Alfaguara.

El enigma de la habitación 622 eBook: Dicker, Joël: Amazon.es ...El enigma de la habitación 622 es, sobre todo, una gran decepción. El archifamoso y justamente celebrado autor de la verdad sobre el caso Harry Quebert, crea de nuevo una compleja trama ambientada en el mundo de las finanzas suizas. En paralelo se trata la historia de un escritor, supuestamente él mismo, que se reencuentra profesional y personalmente tratando de desentrañar el misterio que rodea a un antiguo asesinato. Hasta aquí, todo bien. Sin embargo la solución de la que podría ser una gran novela, es muy deficiente. El intento de abordar una historia de metaliteratura, un escritor que habla de sí mismo y describe su trabajo que es, precisamente, la propia novela, es fallido: flojo, insuficientemente trabajado, poco creíble. Parece más ficción, que realidad, sin pasar de un par de guiños hacia sí mismo y al mundo editorial y poco más. Da la sensación de no haber sido capaz de abordarlo con solvencia. En cuanto a la historia principal, adolece de un requisito imprescindible para las noveles de intriga: la sinceridad. El escritor no puede mentir al lector. El protagonista debe descubrir las evidencias al tiempo que el lector y, aunque se guarde ases en la manga, deben ser los justos y creíbles. En el intento de hacer una trama compleja donde nada es lo que se parece, Dicker usa la baraja entera para tratar de sorprender, a base con continuas triquiñuelas soportadas por un truco que repite hasta la saciedad y desmonta la credibilidad del argumento. La clave de toda la trama descansa en un efectista elemento cinematográfico, válido para películas de consumo rápido como “Misión Imposible”, pero no para novelas que pretenden, o eso cabría esperar, enganchar al lector inteligente. Al margen de ello, la resolución literaria es muy pobre. Las continuas vueltas atrás y adelante en el tiempo, tratan de ser una solución arriesgada, y no pasa de serlo pretenciosa y cargante, despistando enormemente y trabando la lectura. Hasta ahora Joël Dicker había sorprendido con el envoltorio de sencillez a través del que presentaba tramas muy elaboradas. Aquí ha apostado por lo contrario, una excesiva complejidad externa arruina una trama que se convierte en algo, más que sencillo, vulgar. Muy por debajo del nivel habitual de su autor, es una ficción que lo parece, sin ningún atisbo de credibilidad, con unos diálogos previsibles, llenos de muletillas, obviedades y simplezas, propios de una mala traducción, una obra novel, o una tremenda desgana creativa. 

“La muerte del comendador” (libros 1 y 2) Haruki Murakami. Tusquets.

La muerte del comendador (Libro 1) - Haruki Murakami | Planeta de ...Un pintor que atraviesa una profunda crisis personal y creativa, decide refugiarse en una apartada casa de campo, propiedad de un gran maestro ya retirado. Pronto descubre en la buhardilla, cuidadosamente envuelta, una obra inédita del propietario, “La muerte del Comendador” con la calidad suficiente para ser considerada su obra maestra. Pero el cuadro esconde algo más, pronto se convierte en la puerta para comprender un oscuro pasado y, al tiempo, es la llave de una serie de acontecimientos que conducirán al protagonista, muy a su pesar, a un inquietante mundo en el que se mezclarán sexo, leyendas, maldiciones, locura, y magia. La muerte del comendador, es una profunda reflexión sobre las ideas, la tradición, el modelado que el pasado ejerce sobre las personas, la paternidad, las relaciones humanas, el proceso creativo… todo ello condensado en una historia sencilla, pero intensa, descrita de una forma casi minimalista, sin artificios, que atesora una grandísima capacidad expresiva y calidad literaria. La lectura fluye con naturalidad, como lo hacen las diferentes tramas que se entrelazan, todas ellas finalizadas con solvencia, de forma equilibrada, en los límites de la realidad. Es una gran ejercicio literario, una obra mayor, de inexcusable lectura