domingo, 18 de septiembre de 2016

“La muerte llega a Pemberley”. P.D. James. Ediciones B

La grandes maestras de la literatura inglesa georgiana, Jane Austen, y detectivesca actual, P.D. James, concurren en esta genial obra que da cuenta de lo mejor de ambos estilos. Continuación de “Orgullo y Prejuicio”, la novela de P.D. James, da una vuelta de tuerca a la vida apacible de la campiña de Derbyshire, con un misterioso asesinato que pone en cuestión los cimientos del mundo feliz de sus protagonistas. P.D. James recrea el estilo de Austen, rejuveneciéndolo, de tal forma que el lenguaje georgiano se hace más ligero, a lo cual ayuda la trama de intriga que exige un mayor dinamismo en la narración; con todo, el estilo Austen está presente en toda la novela, constituyendo su principal acierto, el acercamiento al lector actual, de la literatura clásica inglesa. La obra de P.D. James permite recuperar los valores del mundo de Austen: los mayorazgos, el papel de la nobleza, la inmutabilidad de las tradiciones, los códigos de valor, elegancia y conducta, la rígida estructura social inglesa, las obligaciones de los señores… pero desprendiéndolas del corsé de la novela de época, mucho más rígida que la resultante de las licencias contemporáneas. Sin duda, cualquier lector de esta novela tendrá la tentación de releer o descubrir “Orgullo y prejuicio·”. La trama detectivesca, es sencilla, pero entretenida, aunque resulta ficticia en tanto en cuanto que todo el misterio se resuelve en los capítulos finales, con dos golpes de efecto que inhabilitan al lector como detective, relegando su papel al de mero espectador. La recreación del mundo de Austen es, pues, la principal baza, y ese objetivo se consigue con solvencia y fiabilidad. Una novela para disfrutar de la literatura en estado puro.

sábado, 10 de septiembre de 2016

“Cinco esquinas”. Mario Vargas Llosa. Alfaguara

Aunque queda lejos de la altura de sus obras clásicas, en “Cinco esquinas” Mario Vargas Llosa traba una novela entretenida, que refleja la situación de Perú en la época de Fujimori y Montesinos. Recrea un ambiente de libertades coartadas, tanto políticas, como sociales; se desarrollan varias tramas, todas ellas convergentes, todas ellas autónomas, que analizan distintos aspectos de la sociedad del momento: el periodismo amarillo, las finanzas corruptas, la sexualidad prohibida, la violencia de Estado…  Sabido es el posicionamiento político de Mario Vargas Llosa, y su beligerancia contra el populismo fujimorista; sin embargo, no se hace excesivo hincapié en el aspecto político y, aunque constituyendo el trasfondo obligado de la trama, el autor no se centra en él y busca ahondar más en la personalidad de sus protagonistas, incluidos los políticos a los que, sin llegar a despolitizarlos, nos permite verlos desde una vertiente humana, no por ello plácida. Galería coral de protagonistas, son los femeninos los que mayor mérito poseen, una novedad en el autor, siendo trazados con seguridad y consistencia, con perfiles nítidos y creíbles. A destacar la riqueza del lenguaje y la expresión, dos de los grandes atributos de Vargas Llosa y que, en esta ocasión, destacan sobremanera, ofreciendo un producto formalmente muy elaborado. Es, en fin, una novela recomendable, que cubre todos los requisitos para un buen relato: autor conocido, lectura fácil, trama entretenida, toques de intriga y erotismo... en fin, todo aquello que el oficio establece para una lectura fácil y agradable, pero son llegar a ser un gran hito en la carrera del autor.

jueves, 8 de septiembre de 2016

“La viuda”. Fiona Barton. Planeta

Best seller típicamente inglés, tanto en la ambientación, como en la argumentación. Una niña desaparece y un matrimonio resulta sospechoso de su desaparición, que investigan un policía obsesionado por crímenes pasados, y una eficaz reportera de un tabloide. Ecos de casos reales surgen con la lectura del libro en el que todas las situaciones responden a estereotipos mu reconocibles: los matrimonios perfectos de moral anglosajona, con fuertes tensiones y contradicciones internas; la doble moral en la vida pública y privada; el obsesivo interés por los niños; el sensacionalismo que alimenta a una sociedad ávida de sensaciones emocionales fuertes. Una intriga sostenida hasta el penúltimo momento (en que el desenlace se hace previsible), escrita correctamente y con una declarada intención moralizante, “la viuda” bebe de otros éxitos recientes, como “La chica del tren” o los libros de Kate Morton, aunque con un estilo muy periodístico que delata a la autora. Aunque adecuado para pasar el rato, por su lectura amena y fácil, no es un libro al que se le deba exigir mucho más que el entretenimiento.

domingo, 4 de septiembre de 2016

“La presa”. Irene Nemirovski. Salamandra

Jean-Luc, el protagonista, es un hombre sin escrúpulos, un cínico entre cínicos dispuesto a cualquier cosa con tal de lograr el éxito, el poder y el amor; su auge y caída serán los de todos los de su especie y, aunque al final se encuentre sólo, le acompañarán los fantasmas de todos aquellos a los que pretendió imitar y que en el fondo eran como él. Es, en fin, la historia de una fatal predestinación que confronta el ansia por el poder, la sofisticación y el dinero, frente a los sentimientos que rigen a las gentes sencillas, conscientes de sí mismas, fieles y leales, que llaman a su conciencia, sin conseguir despertarle. Como es habitual en Irene Nemirovski, la autora crea una galería de personajes intensos, perfectamente dibujados, creíbles porque son reales, como las situaciones que enfrentan, con un amplio muestrario de sentimientos y emociones, matices sutiles… Una narración surgida de lo profundo del alma de quien, con su intensa peripecia vital, pudo vivirlas de cerca. Con todo, la autora se muestra como una precisa relatora de la realidad, casi asépticamente, narra con frialdad los hechos y la inevitabilidad de los mismos; cuenta lo que ve y lo juzga sin pasión; disecciona lo que acontece y expone al lector ante un espejo de emociones en las que sin duda, puede ver la realidad. No engaña, presenta sentimientos desnudos. Una vez más, Irene Nemirovsky logra una novela genial a partir de los hilos que mueven la condición humana. La autora, recientemente redescubierta, tiene una enorme capacidad de crear maravillosos relatos de un altísimo nivel literario, emotivo y estético, el estilo Nemirovsky. Pocos casos en la literatura pueden encontrarse en los que el conjunto de la producción sea tan rotundo, coherente y homogéneo; sea cual sea la obra elegida (Suite francesa, El vino de la soledad, el ardor de la sangre, el baile...), sus descripciones de ambientes, personajes, ropas, flores,… todo…  son realistas y preciosistas, y su acercamiento a los sentimientos humanos, crudo, pero sincero. En todas ellas, en cualquier caso, el placer por la lectura queda completamente satisfecho.