sábado, 11 de febrero de 2023

“3001: Odisea final”. Arthur C. Clarke. DeBolsillo.

 


La culminación de la saga de odisea espacial, retoma el pulso a la exitosa historia inicial, la presencia de una inteligencia extra galáctica impulsora del desarrollo de las civilizaciones, y revive a sus principales protagonistas: Bowman, Dave y Hal. En este caso, la historia se desarrolla en el año 3001, cuando la civilización humana, ya ocupa todo el Sistema Solar, y ha alcanzado altas dosis de desarrollo técnico; una sociedad en la que los principales problemas que asolan a la humanidad en el siglo XXI (energía, clima, pobreza) parecen haber desaparecido. Una civilización hedonista y perfeccionista, distante de su pasado que, a pesar de todo, se encuentra bajo la amenaza de sus vigilantes, los creadores del minisol Lucifer, los impulsores de civilizaciones, los constructores de los monolitos. Estos, convencidos de que la sociedad humana ha resultado un experimento fallido en el siglo XXI, deciden, como antes con la vida joviana, destruirla. Las instrucciones a los monolitos, demoradas por el tiempo en transmitirlas, no han podido tener en cuenta la situación actual, por lo que, en una lucha contra el tiempo, se debe buscar la forma de eliminar la amenaza apoyándose en la conexión entre los protagonistas y el papel de caballo de Troya que juega Dave. Este final de serie, necesario, no se encuentra a la altura de los planteamientos y expectativas generadas por la primera parte, que supuso un auténtico hito en la ciencia ficción, y un referte del género. Si bien retoma el interés perdido en Odisea 3, no pasa de ser una novela más, en la que el principal interés radica en, con la perspectiva del lector, conocer la visión que, a finales del siglo XX, cuando fue escrita, se tenía del futuro de la Humanidad. El final, decepcionante en su resolución, es reflejo del agotamiento de la idea, infelizmente rematada.


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