Harukami destaca por su prosa sobria pero
elegante, culta, llena de matices y sin extravagancias, protagonizada por
personajes profundos, sensibles, alejados de sobreactuaciones, normales en su
complejidad, llena de matices. Esta bella historia de amor, que compendia el
estilo de Murakami, cuenta como Sumire se enamora “fulminantemente, sin lógica alguna,
y con la furia de un tornado a través de la llanura” de Sputnik, y como, fruto
de su entrega, pierde la conciencia de sí misma. El amor, el sexo, la música,
los grandiosos personajes femeninos, la trascendencia… todo Murakami se halla
aquí, y todo justifica el por qué Murakami es el eterno aspirante al Nobel, y
es que nadie sabe contar las historias sencillas como él, transformándolas, sin
artificios, en monumentales historias humanas.
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