Mercerismo, cajas de ánimos, mascotas eléctricas, cenizas radiactivas…
Todos estos elementos dan forma al desolado y apocalíptico mundo posterior a la
Guerra Mundial Terminal, en el que los seres humanos tratan de evadirse de si
mismos, mientras humanoides cada vez más perfeccionados, tratan de sentirse
humanos. La trepidante y brillante novela de Dick que inspiró la fabulosa
película Blade Runner, es una
reflexión no sólo sobre la Inteligencia Artificial, sino sobre la empatía, las
relaciones humanas, el poder absoluto, el rechazo al diferente y el sentido de
la vida. Escrita con gran agilidad, “¿Sueñan los androides…?” sorprende al
lector que antes haya visto su versión cinematográfica, aportándole matices
ricos y perspectivas diferentes, enriqueciéndola. A su manera, ambas son obras
maestras, y si la versión cinematográfica es capaz de crear un gran Roy terminal que capta la esencia de la humanidad al ver naves en llamas más allá de Orión, la novela elabora un excepcional J.
R. Isidore cuya altura moral, desde su simpleza, emerge desde la inmundicia a la
que la sociedad le relega. En un juego continuo de impresiones, donde lo
artificial se confunde con lo natural, al final todo resulta ser una ficción y la verdad es “todo lo que las
personas han pensado alguna vez”.
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