Toda la fama que ha precedido y
que acompaña a este libro es completamente merecida: una biografía del primer milenio de Roma que aúna el rigor histórico,
la capacidad divulgativa y, sobre todo, transmite el amor por una ciudad, una
cultura, que está en la base de la del mundo occidental. Frente a una historia
lineal basada en acontecimientos, Mary Beard usa como hilo conductor a Cicerón,
el autor de las Catilinarias, para
hablarnos de la que sin duda es la mayor historia de éxito político, la de un
villorrio de origen incierto y oscuro (y aún más, tras leer el libro de Mary Beard,
alejado de mitos fundacionales) que contra todo pronóstico creó un imperio
global, cosmopolita e integrador, resiliente y al tiempo, moderno, dotado de
instrumentos de gestión nunca vistos antes y que perduran en nuestros días. Con
gran claridad expositiva, además, Mary Beard nos presenta una Roma no lineal,
alejada del concepto unificador que nos ha sido transmitido habitualmente… en
definitiva, nos habla de varias Romas: la fundacional, la monárquica, la republicana
y la inesperadamente imperial, con sus grandes diferencias, tantas que era
imposible predecir la existencia de unas y otras; y sobre todo, nos explica las
fuerzas personales y conectivas que lideraron o generaron los cambios. Y entre
medias los grandes hombres que iluminan las épocas de oscuridad: Sila, Graco,
Cicerón, Cesar, Octavio, Caracalla… hombres que adaptándose a las circunstancias,
y que sin duda, contaban con sus evidentes lados oscuros, tomaron decisiones
críticas que reinventaban a la ciudad y, con ello, el mundo posterior. Y junto
a esos grandes hombres, los personajes discretos de la historia: mujeres,
siervos, comerciantes, .. y sus ambientes: las insulae, las colonias, las grandes ciudades, las pequeñas aldeas…. Todos
Roma. Un libro de obligada lectura, no para comprender el presente (Roma es
Roma, y el mundo actual es otra cosa), pero sí para saber de dónde venimos.
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