A modo de spin off de la serie del detective Charlie Parker, se desarrolla esta novela en el que el personaje principal es Louis, uno de los potentes secundarios de la saga original. La muerte de un colega en Países Bajos, lleva a Louis y a su inseparable Ángel a desplazarse a Europa en un tour de venganza y muerte que les lleva por diferentes países. Entretenida, y bien ejecutada, como todas las novelas de Connolly, adolece de la ausencia de un protagonista magistral. Charlie Parker, un antihéroe arquetípico, es un personaje con una gran profundidad, bien trabajado a lo largo de todas las novelas de la serie. Sin embargo, Louis, no lo es: es un buen secundario, un genial complemento a Parker en calidad y en cantidad, brillando con presencias puntuales, incapaz de soportar sobre sus hombros el protagonismo de la novela. El matiz mágico, siempre destacable en la serie de Charlie Parker, asoma en la novela y tiene cierto éxito al vincularse a las remotas montañas de Europa del este, sede de extrañas tradiciones, pero adolece del poder oculto de las entrañas de la tierra de Nueva Inglaterra, los profundos bosques de Maine, de retintes lovecraftianos, juegan mejor este papel. Interesante, pero decepcionante para quien busque una continuación de la saga al nivel habitual, de hecho, no debiera pertenecer a la misma.
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