Documentadísima revisión de las décadas finales del Imperio Romano (de Occidente) desmontando la teoría de la presión demográfica por efectos climáticos como principal causa de la caída imperial. Una documentadísima historia de las causas y las personas que tuvieron que ver en el colapso: la falta de adaptación a situaciones cambiantes, las decisiones erróneas, el ansia de poder de las élites... todo ello confluyó para que una situación complicada, pero manejable, se tornase cada vez más adversa hasta que se llegó a una situación imposible de gobernar. Frente a la situación de la pars orientalis, afectada por las mismas tensiones climáticas, migratorias, económicas, la falta de liderazgos efectivos, y el aumento del poder local centrífugo en occidente minaron el mando imperial, incluso cuando éste era, comparativamente, mayor que el oriental. Señores de la guerra, ejército desestructurado, exceso de generalísimos, gigantismo, corrupción, desafección, recesión agrícola… todo sumaba en contra de la estabilidad. Pero no, Roma, no cayó, sobrevivió hasta 1456 cuando, ya sí, quince siglos después, cae Roma, la idea, el espíritu. José Soto Chica, con su vehemente prosa, relata vívidamente el colapso imperial, una angustiante evolución de los hechos que sumerge al lector en una inevitable carrera hacia la autodestrucción.
sábado, 30 de marzo de 2024
“El águila y los cuervos: la caída del Imperio Romano”. José Soto Chico. Desperta Ferro ediciones.
Documentadísima revisión de las décadas finales del Imperio Romano (de Occidente) desmontando la teoría de la presión demográfica por efectos climáticos como principal causa de la caída imperial. Una documentadísima historia de las causas y las personas que tuvieron que ver en el colapso: la falta de adaptación a situaciones cambiantes, las decisiones erróneas, el ansia de poder de las élites... todo ello confluyó para que una situación complicada, pero manejable, se tornase cada vez más adversa hasta que se llegó a una situación imposible de gobernar. Frente a la situación de la pars orientalis, afectada por las mismas tensiones climáticas, migratorias, económicas, la falta de liderazgos efectivos, y el aumento del poder local centrífugo en occidente minaron el mando imperial, incluso cuando éste era, comparativamente, mayor que el oriental. Señores de la guerra, ejército desestructurado, exceso de generalísimos, gigantismo, corrupción, desafección, recesión agrícola… todo sumaba en contra de la estabilidad. Pero no, Roma, no cayó, sobrevivió hasta 1456 cuando, ya sí, quince siglos después, cae Roma, la idea, el espíritu. José Soto Chica, con su vehemente prosa, relata vívidamente el colapso imperial, una angustiante evolución de los hechos que sumerge al lector en una inevitable carrera hacia la autodestrucción.
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