Pequeño
ensayo a modo de manifiesto a favor de la actividad pedestre. “Caminar – se nos
dice - es la actividad ideal para el hombre que no desea reprimir del todo su
inteligencia sino dejarla a su libre albedrio durante algún tiempo”.
Escrito muy de su época, último tercio del siglo XIX, en que se insta al
ejercicio físico, a retomar el contacto con la naturaleza. Escrito lleno de
guiños a la cultura rural inglesa, enmarcado en el romanticismo del
acercamiento al paisaje y lo sublime, no pasa de ser un divertimento, una
curiosidad sin mayor recorrido. La edición, dentro del magnífico estilo de
Nórdica, adolece esta vez de un elemento gráfico reseñable, siendo bastante
simple.
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