Obra recopilatoria
de escritos de Baroja (ensayos, artículos, fragmentos de obras) reunidas tomando
como hilo conductor su gran pasión: pasear y observar la vida. Es sabido que Baroja
era un gran paseante. Como parte de su actividad creativa, deambulada por
sitios elegidos en los que la vida se mostraba en toda su realidad. Desde la
ronda de Toledo hasta Whitechapel, en todos las ciudades en que residió y a las
que viajó, Baroja estableció una conexión única con la sociedad menos
afortunada y, con ojos periodísticos, fue capaz de reflejar la realidad de sus
gentes y describir las cadenas a las que estaban sujetos. Convencido de que la
sociedad, la tradición y la bajeza moral determinaban el destino de los pueblos
y les impedían salir de él, con su análisis crudo, certero, aséptico y casi científico
aporta, curiosamente, las claves para entender el remedio: la formación, la
solidaridad, la generosidad, el interés por los demás… esos valores que brillan
por su ausencia, se convierten en los canalizadores de la mejora social
deseada. Y como siempre, como gran observador, humilde, solitario y receptivo,
su vocación de paseo y su profunda sensibilidad hacia lo bello le permitirá ver
y describir paisajes soberbios, atardeceres grandiosos, que contrastan con la
miseria humana que cobijan siendo, posiblemente, junto con Velázquez, el mejor pintor
de cielos de Madrid, principal escenario de sus andanzas.