La
obra que presenta la editorial Mármara bajo el título genérico de “La escalera
del hotel” supone una exquisita aproximación al mundo inmediatamente posterior
al final de la Primera Guerra Mundial y la consiguiente desaparición de la monarquía
austrohúngara. Incluido inicialmente en un volumen de relatos breves, “La
escalera del hotel” narra, deliciosamente, las sensaciones que una joven
experimenta en el breve lapso en que sube por las escaleras de un hotel de lujo
y se enfrenta a su destino matrimonial. El ascenso, trasunto de su vida hacia
un ideal feliz representado por la gran araña de cristal la permite hacer reflexiones
impregnadas por el recuerdo de un mundo que fue, el imperial, con sus normas,
sus tradiciones, y sus sistemas de valores, y la llevan a preguntarse a sí
misma cuál es su verdadero tiempo, el anterior, que constituye un refugio por
conocido, o el moderno, al cual debe adaptarse, pragmáticamente, pero que le genera
dudas. Y en ese contexto tiene máximo interés el ensayo histórico del autor que
fue, además, la introducción al volumen de relatos anteriormente citados. En su
“Ensayo sobre el imperio austríaco”, Werfel desarrolla su teoría sobre los imperios
y su necesidad, y tras relatar la historia del imperio, se explaya en la
añoranza de su último emperador Francisco José al que elogia como garante de la
unidad del imperio y su idea, frente a los nacionalismos que considera
demoníacos por opuestos al imperio en sí y, sobre todo a la idea de universalidad
atemporal que atesora. Ambas obras constituyen un acercamiento imprescindible a
una época, y permiten comprender (aunque pueda no compartirse) el trauma que la
caída del centenario imperio supuso para gran parte de sus súbditos y el
tránsito que aquel hito supuso a una concepción contemporánea de la forma de
gobierno.
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