La obra
de Maquiavelo supuso el manifiesto fundacional de la teoría política renacentista.
El famoso “el fin justifica los medios”, cobra vida en un ensayo, supuestamente
inspirado en el maquiavélico Fernando de Aragón quien, a través de la descripción
del momento político y las relaciones entre gobernantes, sienta las bases de lo
que debe ser un auténtico príncipe: justo, pero implacable; intolerante a la
infidelidad; magnánimo en la victoria; y con objetivos claros que guíen su
proceder sin apartarse del camino, independientemente de cual sea éste. La
novedad de la edición son los comentarios de Napoléon, de poco valor ensayístico,
ya que apenas son anotaciones al margen, pero que reflejan su soberbia y su
programa político, claramente absolutista, opaco y determinista. Frente a un Maquiavelo
dotado de calado humanista, culto y con un discurso trabajado; Napoléon ofrece
la fuerza bruta, y el endiosamiento personal. Posiblemente, en este caso, ante
la considerable diferencia de altura intelectual entre ambos personajes, hasta
el propio Nicolás si hubiese considerado valorar los medios.
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