Frente al cerebrocentrismo defendido por
gran parte de la neurociencia actual, de raigambre occidental, en esta
interesante obra, Nazareth Castellanos nos acerca, desde el rigor de los
últimos descubrimientos de la neurología, a las relaciones existentes entre los
diferentes órganos y el propio cerebro, deduciendo de ello, de las conexiones
entre todo el cuerpo con las diferentes áreas funcionales del cerebro, la
implicación de los principales órganos en el bienestar e, incluso en la
conducta del ser humano. Partiendo del propio cerebro (la caída del rey no le
excluye de su rol como coordinador) y de la necesidad de conocer su
funcionamiento (interesante análisis de los diferentes tipos de ondas
cerebrales, su implicación en los estados de actividad y anímicos y la
necesidad de propiciar estados de relajación que fomenten unas u otras),
procede a analizar los principales órganos y como su actividad, estado y activación inciden en áreas tan
aparentemente exclusivamente cerebrales como la memoria, el estado anímico etc…
Así, la percepción del propio cuerpo, la escucha activa del mismo, tiene una
base neurológica, de tal forma que saber escucharlo, puede y debe ayudar a
controlar ciertos impulsos, sensaciones y emociones. Esta relación, muchas
veces considerada filosófica, se revela aquí como una realidad científica y
permite, en un documentado repaso de la autora, acercarnos a modelos médicos
ancestrales, de otras culturas (egipcia, hindia, china,…) que tradicionalmente
defendían estos postulados. Así salimos del cerebrocentrismo occidental a un
organocestrismo neurológico. En un estilo ameno, desenfadado, y con un
documentado rigor científico, la autora ayuda a cambiar la percepción de
nuestro cuerpo, y su participación en la calidad de nuestro día a día desde una
base sólida alejada de planteamientos místicos o religiosos. El conocimiento al
servicio del bienestar.
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